11 octubre 2005
(Escapi Music / Avispa)
Interesante debut el de los alemanes Scenes, que se pronuncia “sins”, o sea, pecados, y que han tenido que esperar diez años para ver por fin publicada su “opera prima”. "Call Us The Number You Provide" es un compendio de todas las influencias progresivas imaginables, lógicas en una banda que edita su primer trabajo con las ganas de mostrar todo su potencial. Sin duda es Dream Theater la banda que más les haya podido marcar, sobre todo de su ya lejana primera época. Si bien comenzaron como dueto, allá por el ’95, hoy por hoy es un quinteto en el que las composiciones son trabajo de todos, algo imprescindible cuando cada instrumentista protagoniza una línea musical particularmente reseñable. El disco se abre con “So father”, que no es más que una carta de presentación, y en el que su cantante, Alex da sobradas muestras de su buen “saber-hacer”. “You walk away” continúa con esa onda progresiva, en la línea de los Queensryche del “Operation Mindcrime”. Los teclados de Wentzel adornan el excelente trabajo de Chris Lorey (guitarra) que se saca de la manga un riff realmente bueno, potente y lleno de la fantasía que caracterizaba el heavy metal en los ochenta. El que fuera cantante de la banda durante muchos años, Nektarios Bamiatzis, participa con su voz en el tercer corte “My own life”, que sigue sonando a Queensryche por todas partes. El protagonismo de la guitarra sigue siendo más que destacable con riffs y solos que recuerdan en muchas ocasiones al mismísimo Petrucci. La base rítmica, formada por el batería Hendrik Edelthathammer y el bajista Jan Ebert, no solo realízan un fantástico trabajo como apoyo de la banda, sino que tienen sus pequeños momentos de protagonismo que no desaprovechan. Probablemente el mejor corte del cd es “Start Again” que en sus diez minutos y medio toca absolutamente todos los palos posibles. Es un medio tiempo, que comienza con un preludio de teclado para continuar con un machacón riff de guitarra que se va endureciendo por momentos. Interludios más suaves que dan pié a nuevos ataques de dureza que convierten la canción en el escenario ideal para la exhibición virtuosa de todos los miembros de la banda. “Deep Inside My Heart” es el merecido descanso que el oyente se merece tras el duro trabajo de seguir las maniobras musicales del tema anterior. “I Will Stay” es realmente duro, en sintonía con la evolución musical de su más clara referencia, DT (véase “Six degrees...” y, sobre todo, “Train of Thought”). Lorey y Hendrik (le llamaremos así para no tener que escribir de nuevo Edelthathammer...je je je), logran una compenetración mutua inigualada en el resto de los temas. No se aprecia una competición entre ellos sino un apoyo imprescindible para ambos. Alex alcanza sus más altas cotas también en este tema. Para “Save the Light” cuenta, por segunda y última vez, con la participación de Nektarios, cuya voz, a pesar de haber formado parte de la banda, no me cuadra con el estilo del grupo. El penúltimo corte es una versión de los poperos Talk Talk, y supone una prueba más de lo bien que quedan los temas pop cuando roqueros de calidad los pasan por sus afilados instrumentos. Para finalizar, otra porción musical de exhibicionismo virtuoso, barra libre de notas que sin duda llenarían varias páginas “pentagrámicas”, y todo aderezado con momentos de calma para hacer más llevaderas las carreritas. Buen debut discográfico que no nos muestra a una gente que esté empezando. Muy por el contrario, muchas tablas y alta calidad avalan a los chicos de Scenes...
Carlos Treviño Cobo
26 septiembre 2005
FOUR WAYS "... From The Ashes"
(Big Bang Music)
Segundo trabajo de este cuarteto sevillano, el cual practica un hard-rock ochentero bastante rudimentario, no exento de pequeñas pinceladas de glam o sleazy. Pese a la austera producción, las canciones suenan muy frescas. Lo cual se debe en gran parte debido a la sensacional labor del vocalista Ricardo Carmona “Rikky”, así como a la buena técnica del guitarrista Pedro Valladares. El resto del grupo lo configuran el bajista Germán Piña y el batería J.R. “The Doctor”, ambos muy correctos en su cometido. De las 11 canciones del álbum, cantado íntegramente en inglés, en el que la onda musical te puede recordar desde a los primerizos Mötley Crüe, hasta incluso a los Maiden de Paul Dianno (¿?). En cuanto a temas, destacar el potente riff de “Ocean Song”, la sensibilidad de “Man On The Moon” (recordando sobremanera a los Poison del "Flesh&Blood"), o la magnífica versión del “Meneater” de Hall&Oates, con un toque a lo Sandalinas que le confiere una originalidad ciertamente inusitada. Además, saben agradecer sobradamente sus influencias, ya que dedican el último corte del álbum a la figura de Alice Cooper, todo un dios para ellos. Buen trabajo de estos andaluces, que esperemos lleguen a labrarse un carrerón en el difícil mundillo del rock nacional.
Rafa Carrillo
23 septiembre 2005
CUATRO GATOS "Esférica"
(Avispa)
Cuatro Gatos brilla con luz propia dentro del cada vez más oscuro panorama del rock nacional. A pesar de continuar siendo una formación relativamente incomprendida, este puñado de expertos y veteranos músicos continúan exprimiendo una creatividad cimentada en la elegancia y en la belleza compositiva. La entrada del vocalista uruguayo Alex Fracchia, no ha trastocado sobremanera la baja de Iván Urbistondo que decidió regresar al redil de Beethoven R. Fracchia es un cantante solvente poseedor de unos registros muy interesantes y que sabe explotar sabiamente. La maquinaria por consiguiente queda bien engrasada con las clásicas bases rítmicas de Javier Canseco (bajo) y Joaquín Arellano “El Niño” (batería) que destilan energía; la sutileza y destreza guitarrística de Pedro Vela, y la impresionante y exquisita labor a los teclados, producción y composición del inconmensurable Juanmi Rodríguez. En “Esférica” se mantiene intacta la filosofía de la “Caja de Música”, aunque sobre esta se continúa evolucionando hasta la consecución de la sugerencia y el intimismo. Trabajando desde un prisma conceptual que transmite diferentes etapas del ser humano en búsqueda de su propia identidad. Rodríguez se mueve en un universo de sensaciones bien arropado por sus compañeros de viaje en esta nueva aventura. Sorprende, no obstante, la aportación de la adaptación del “Heat Of The Moment” de Asia a cargo de Txus de Mago De Oz, con el título de “Es Tu Momento”, pieza que hacen prácticamente propia respetando la esencia original de la legendaria composición. Pedro Vela trabaja con Juanmi en la creación de la pieza instrumental “Ecos” fabricada a modo de prólogo. “Siembra Viento” se destapa como más relajada, insertando preciosas guitarras eléctricas y acústicas, manteniendo como mensaje que las situaciones no se arreglan por sí solas. Más rápido de aire más sinfónico, y poseedor de afiladas guitarras aparece “El Hombre Desconectado”, con la introversión y el silencio de las personas de fondo. “Sálvame” es una pieza más melódica y accesible, con acertado estribillo. En “Fuego En Tu Piel” se critica desde fuera el conformismo y el inmovilismo, y se incita al individuo a luchar y a dar la cara ante la vida. “A.M.A.M.A. (Palíndromo)” es una buena demostración a golpe de percusión, mezcla de rabia y dolora cargo de Joaquín Arellano, que enlaza con la cálida “La Luz Interior” con una primera parte más relajada y magnífico predominio de los teclados. También exquisita resulta “Esferas de Cristal (Phobia)”, con contenido letrístico en primera persona inmerso en una especie de burbuja de aire, decidido a no comprometerse con nada ni con nadie. “Desde el Rincón” es una especie de llamada a la reflexión, una pieza más colorista que realiza cierto guiño al optimismo. La brillante e intensa aportación de Javi Canseco en la intro “71.12 (Mensajes en el Aire)” desemboca en “La Huella del Tiempo” haciendo claras alusiones a la vejez, al final del camino, y que contiene un llamativo estribillo: “Soy el último eslabón, un grito una canción, la suma del amor, la razón, el camino y la desilusión”. “Esférica (El Eterno Retorno)” es simplemente majestuosa, al igual que “El Ultimo Invierno” que dividida en dos partes, da carpetazo a un trabajo inmenso, y sobre todo personalísimo, cimentado en la calidad que atesoran unos de los mejores y más completos músicos con los que contamos en el país.
Cuatro Gatos brilla con luz propia dentro del cada vez más oscuro panorama del rock nacional. A pesar de continuar siendo una formación relativamente incomprendida, este puñado de expertos y veteranos músicos continúan exprimiendo una creatividad cimentada en la elegancia y en la belleza compositiva. La entrada del vocalista uruguayo Alex Fracchia, no ha trastocado sobremanera la baja de Iván Urbistondo que decidió regresar al redil de Beethoven R. Fracchia es un cantante solvente poseedor de unos registros muy interesantes y que sabe explotar sabiamente. La maquinaria por consiguiente queda bien engrasada con las clásicas bases rítmicas de Javier Canseco (bajo) y Joaquín Arellano “El Niño” (batería) que destilan energía; la sutileza y destreza guitarrística de Pedro Vela, y la impresionante y exquisita labor a los teclados, producción y composición del inconmensurable Juanmi Rodríguez. En “Esférica” se mantiene intacta la filosofía de la “Caja de Música”, aunque sobre esta se continúa evolucionando hasta la consecución de la sugerencia y el intimismo. Trabajando desde un prisma conceptual que transmite diferentes etapas del ser humano en búsqueda de su propia identidad. Rodríguez se mueve en un universo de sensaciones bien arropado por sus compañeros de viaje en esta nueva aventura. Sorprende, no obstante, la aportación de la adaptación del “Heat Of The Moment” de Asia a cargo de Txus de Mago De Oz, con el título de “Es Tu Momento”, pieza que hacen prácticamente propia respetando la esencia original de la legendaria composición. Pedro Vela trabaja con Juanmi en la creación de la pieza instrumental “Ecos” fabricada a modo de prólogo. “Siembra Viento” se destapa como más relajada, insertando preciosas guitarras eléctricas y acústicas, manteniendo como mensaje que las situaciones no se arreglan por sí solas. Más rápido de aire más sinfónico, y poseedor de afiladas guitarras aparece “El Hombre Desconectado”, con la introversión y el silencio de las personas de fondo. “Sálvame” es una pieza más melódica y accesible, con acertado estribillo. En “Fuego En Tu Piel” se critica desde fuera el conformismo y el inmovilismo, y se incita al individuo a luchar y a dar la cara ante la vida. “A.M.A.M.A. (Palíndromo)” es una buena demostración a golpe de percusión, mezcla de rabia y dolora cargo de Joaquín Arellano, que enlaza con la cálida “La Luz Interior” con una primera parte más relajada y magnífico predominio de los teclados. También exquisita resulta “Esferas de Cristal (Phobia)”, con contenido letrístico en primera persona inmerso en una especie de burbuja de aire, decidido a no comprometerse con nada ni con nadie. “Desde el Rincón” es una especie de llamada a la reflexión, una pieza más colorista que realiza cierto guiño al optimismo. La brillante e intensa aportación de Javi Canseco en la intro “71.12 (Mensajes en el Aire)” desemboca en “La Huella del Tiempo” haciendo claras alusiones a la vejez, al final del camino, y que contiene un llamativo estribillo: “Soy el último eslabón, un grito una canción, la suma del amor, la razón, el camino y la desilusión”. “Esférica (El Eterno Retorno)” es simplemente majestuosa, al igual que “El Ultimo Invierno” que dividida en dos partes, da carpetazo a un trabajo inmenso, y sobre todo personalísimo, cimentado en la calidad que atesoran unos de los mejores y más completos músicos con los que contamos en el país.
José Mora
DREAMAKER "Enclosed"
(Arise Records)
En su piedra de toque, “Human Device”, esta gente ya comenzó claramente a mostrar sus cartas y dejar entrever la nueva dirección musical a seguir. Dreamaker en un espacio relativamente corto de tiempo han crecido como músicos, no dudando ni un instante a la hora de tirarse al barro a la hora de arriesgar y experimentar con diferentes mosaicos sonoros, desvinculados por completo del halo que de forma lejana aun les pudiera unir o relacionar con su paso en los exquisitos Dark Moor, Elisa Martín, Albert Maroto y Jorge Sáez, han sabido unir sus fuerzas al personal junto con el cual han urdido su antiguo patrón compositivo, no siendo en definitiva ni mejor, ni peor, simplemente diferente. “Enclosed” se registra en Madrid en los estudios M20, haciéndose cargo de todos los entresijos el propio Albert Maroto, junto al prestigioso Big Simon, un profesional que se encuentra últimamente en buena parte de los trabajos de bandas españolas publicados en los últimos tiempos (Saratoga, Stravaganzza, Ebony Ark, o Dark Moor). El álbum queda configurado finalmente por doce temas, compuestos en su mayoría por Maroto, apoyado por Sáez y Nino Ruiz en algunos, encargándose Elisa, espléndida en toda la obra, de todas las letras. La amplia amalgama de estilos van desfilando por todo el entramado del disco, dándose la mano y mezclándose las guitarras cortantes y afiladas con elementos electrónicos, y la melodía con la agresividad. “I Live My Own Life” abre fuego siendo un compendio de todos los estilos y fórmulas expuestos anteriormente, está dotado de un cierto toque progresivo y habla de la irritación de un ser humano al negarse a ser manipulado. La falsedad de la gente queda bien plasmada en “Reverse Universe”, pieza intensa con magnífico y acertado predominio de teclados. Curioso, oscuro, pero poseedor de pegadizo estribillo se nos muestra “Over The Edge”, con participación a las voces de Kantz (Coilbox). “Living in Fear” contiene también un accesible estribillo y cuenta con la activa presencia de Albert a las voces, recoge impecables cambios de ritmo, alguna parte más pausada y algún toque gótico. Más experimental aun resulta “The End Of Your Suicide”, con pasajes electrónicos y sumamente oscuros. Trepidante, acelerada y dura, también en su apartado letrístico, aparece “Inocent Blood”, con nuevamente aportación de Kantz. La crudeza de la guerra y los beneficios económicos que estas entrañan queda patente en la trallera “W.W.666”. Más tranquilo, recogiendo lágrimas, locura y promesas, resulta la intimista “Face To Face”. La soledad, el aislamiento y sobre todo la potencia quedan patentes en el corte que da título a la entrega, “Enclosed”, con Kantz nuevamente al ataque, que posteriormente a dúo con Elisa Martín en “Perfect Soul” saca petróleo de la poderosa composición. Más melódico, en el tramo final del trabajo, aparece “Take Me Higher”, al tiempo que “Promised Heaven” te adentra en la ausencia de fe religiosa, a golpe de energía, bonitas líneas de teclado, y la aparición de Ricardo Opazo a las voces. Talento e innovación le sobran a una de las formaciones de mayor proyección internacional de las que contamos. Han encontrado su estilo, y seguro que prometen continuar investigándolo.
En su piedra de toque, “Human Device”, esta gente ya comenzó claramente a mostrar sus cartas y dejar entrever la nueva dirección musical a seguir. Dreamaker en un espacio relativamente corto de tiempo han crecido como músicos, no dudando ni un instante a la hora de tirarse al barro a la hora de arriesgar y experimentar con diferentes mosaicos sonoros, desvinculados por completo del halo que de forma lejana aun les pudiera unir o relacionar con su paso en los exquisitos Dark Moor, Elisa Martín, Albert Maroto y Jorge Sáez, han sabido unir sus fuerzas al personal junto con el cual han urdido su antiguo patrón compositivo, no siendo en definitiva ni mejor, ni peor, simplemente diferente. “Enclosed” se registra en Madrid en los estudios M20, haciéndose cargo de todos los entresijos el propio Albert Maroto, junto al prestigioso Big Simon, un profesional que se encuentra últimamente en buena parte de los trabajos de bandas españolas publicados en los últimos tiempos (Saratoga, Stravaganzza, Ebony Ark, o Dark Moor). El álbum queda configurado finalmente por doce temas, compuestos en su mayoría por Maroto, apoyado por Sáez y Nino Ruiz en algunos, encargándose Elisa, espléndida en toda la obra, de todas las letras. La amplia amalgama de estilos van desfilando por todo el entramado del disco, dándose la mano y mezclándose las guitarras cortantes y afiladas con elementos electrónicos, y la melodía con la agresividad. “I Live My Own Life” abre fuego siendo un compendio de todos los estilos y fórmulas expuestos anteriormente, está dotado de un cierto toque progresivo y habla de la irritación de un ser humano al negarse a ser manipulado. La falsedad de la gente queda bien plasmada en “Reverse Universe”, pieza intensa con magnífico y acertado predominio de teclados. Curioso, oscuro, pero poseedor de pegadizo estribillo se nos muestra “Over The Edge”, con participación a las voces de Kantz (Coilbox). “Living in Fear” contiene también un accesible estribillo y cuenta con la activa presencia de Albert a las voces, recoge impecables cambios de ritmo, alguna parte más pausada y algún toque gótico. Más experimental aun resulta “The End Of Your Suicide”, con pasajes electrónicos y sumamente oscuros. Trepidante, acelerada y dura, también en su apartado letrístico, aparece “Inocent Blood”, con nuevamente aportación de Kantz. La crudeza de la guerra y los beneficios económicos que estas entrañan queda patente en la trallera “W.W.666”. Más tranquilo, recogiendo lágrimas, locura y promesas, resulta la intimista “Face To Face”. La soledad, el aislamiento y sobre todo la potencia quedan patentes en el corte que da título a la entrega, “Enclosed”, con Kantz nuevamente al ataque, que posteriormente a dúo con Elisa Martín en “Perfect Soul” saca petróleo de la poderosa composición. Más melódico, en el tramo final del trabajo, aparece “Take Me Higher”, al tiempo que “Promised Heaven” te adentra en la ausencia de fe religiosa, a golpe de energía, bonitas líneas de teclado, y la aparición de Ricardo Opazo a las voces. Talento e innovación le sobran a una de las formaciones de mayor proyección internacional de las que contamos. Han encontrado su estilo, y seguro que prometen continuar investigándolo.
José Mora
SATRAVAGANZZA "Sentimientos"
(Avispa)
Recogiendo el testigo de “Primer Acto”, su obra discográfica previa, y una entrega absolutamente intimista, arriesgada, y ante todo innovadora dentro de la escena del país. Stravaganzza sigue dando pasos firmes consiguiendo moldear en la actualidad de manera espiritual y letrística, un puñado de diferentes emociones humanas buscando frases tan sutiles e interiores como “... tiempo que arrastrando te llevas mis sueños, por qué me has robado el pasado, la inocencia enmudece, y me dejas, desnudo ante mi soledad”. La propuesta de luminosidad, oscuridad, densidad e intensidad que ofrece la formación en su nuevo trabajo, puede captar o no tanto el interés del receptor, aunque difícilmente le puede dejar impasible. Los latigazos en forma de espirales sónicas en algunos pasajes se entremezclan con elegantes y bellas melodías en otros, que perfectamente encuadrados y canalizados por las expertas manos de Big Simon en cuanto a producción, logra de forma acertada sacar partido máximo a los creadores, y ejecutantes del proyecto. El poder de inicio que desprende “Miedo” es perfectamente reseñable, brumas y tinieblas lo rodean. ”Esperanza” es uno de los temas clave del álbum, que hace especial hincapié en la acción destructiva del hombre, y de la hipocresía del género humano. “Impotencia” está impregnada de ciertos ritmos arábigos, y posee una estupenda letra escrita por Leo Jiménez, que lo borda. Su compañero también en Saratoga, Dani Pérez se encarga de la construcción del corte “Arrepentimiento”, tema más directo, con mucha pegada y muy mala leche. “Pasión” a cargo de Pepe Herrero, es bello y extenso en su desarrollo, de tesitura más relajada y poseedor de una preciosa letra: “inspiración, la belleza ha embriagado mi alma, adoración, abrumado por mil sentimientos, fascinación, conmovido ante un atardecer, admiración, amarás el silbido del viento...”. “Odio” contiene potencia salpicada de melodía, con inserción de acertado violín. Gris y pesimista se torna “Frustración”, mientras que en “Desilusión” encontramos un poso de dolor retorcido y de cierto desamor: “quien consiguió arrancar pasión, hoy me aniquila el corazón, se embauca de un simple bufón, me aplasta un sol de decepción, y me devuelve a perecer”, mostrando a un Leo francamente inspirado. “Soledad” es enérgico e intenso, “Duda” rezuma potencia, mientras que los diez minutos de duración de “Dolor”, que recoge en su tramo final “Nostalgia”, muestra un impecable desarrollo con inserción coral. En definitiva, “Sentimientos” se antoja como un trabajo escasamente comercial, y que escuchado de manera detenida, permite extraer múltiples detalles y novedosas sensaciones.
Recogiendo el testigo de “Primer Acto”, su obra discográfica previa, y una entrega absolutamente intimista, arriesgada, y ante todo innovadora dentro de la escena del país. Stravaganzza sigue dando pasos firmes consiguiendo moldear en la actualidad de manera espiritual y letrística, un puñado de diferentes emociones humanas buscando frases tan sutiles e interiores como “... tiempo que arrastrando te llevas mis sueños, por qué me has robado el pasado, la inocencia enmudece, y me dejas, desnudo ante mi soledad”. La propuesta de luminosidad, oscuridad, densidad e intensidad que ofrece la formación en su nuevo trabajo, puede captar o no tanto el interés del receptor, aunque difícilmente le puede dejar impasible. Los latigazos en forma de espirales sónicas en algunos pasajes se entremezclan con elegantes y bellas melodías en otros, que perfectamente encuadrados y canalizados por las expertas manos de Big Simon en cuanto a producción, logra de forma acertada sacar partido máximo a los creadores, y ejecutantes del proyecto. El poder de inicio que desprende “Miedo” es perfectamente reseñable, brumas y tinieblas lo rodean. ”Esperanza” es uno de los temas clave del álbum, que hace especial hincapié en la acción destructiva del hombre, y de la hipocresía del género humano. “Impotencia” está impregnada de ciertos ritmos arábigos, y posee una estupenda letra escrita por Leo Jiménez, que lo borda. Su compañero también en Saratoga, Dani Pérez se encarga de la construcción del corte “Arrepentimiento”, tema más directo, con mucha pegada y muy mala leche. “Pasión” a cargo de Pepe Herrero, es bello y extenso en su desarrollo, de tesitura más relajada y poseedor de una preciosa letra: “inspiración, la belleza ha embriagado mi alma, adoración, abrumado por mil sentimientos, fascinación, conmovido ante un atardecer, admiración, amarás el silbido del viento...”. “Odio” contiene potencia salpicada de melodía, con inserción de acertado violín. Gris y pesimista se torna “Frustración”, mientras que en “Desilusión” encontramos un poso de dolor retorcido y de cierto desamor: “quien consiguió arrancar pasión, hoy me aniquila el corazón, se embauca de un simple bufón, me aplasta un sol de decepción, y me devuelve a perecer”, mostrando a un Leo francamente inspirado. “Soledad” es enérgico e intenso, “Duda” rezuma potencia, mientras que los diez minutos de duración de “Dolor”, que recoge en su tramo final “Nostalgia”, muestra un impecable desarrollo con inserción coral. En definitiva, “Sentimientos” se antoja como un trabajo escasamente comercial, y que escuchado de manera detenida, permite extraer múltiples detalles y novedosas sensaciones.
José Mora
19 septiembre 2005
BARON ROJO "Volumen Brutal" (Reedición)
(Sony-BMG)
Ante la poca prisa de nuestros barones para editar material nuevo, últimamente todas sus anteriores compañías parecen puestas de acuerdo en sacar reediciones, signo inequívoco de que sus discos nunca dejan de ser rentables. Primero Zero pone a la venta “Perversiones” en caja normal en vez de digipack, una de las mayores chapuzas del 2004. Cuando abres el raquítico libreto, te encuentras con que la excelente portada desplegable ha sido cortada por la mitad y vuelta a pegar al revés, la chica queda a la izquierda y el monstruo a la derecha, con el cúter cortando no se sabe qué. Nada nuevo tratándose de esta gente. El descuido y el ridículo hasta el último momento. Después, Avispa debe de sentir celos, y supera a Zero en desfachatez y chabacanería. No tienen mejor ocurrencia que reeditar “Desafío” bajo el nombre de “Noches de Rock And Roll”, supuestamente una versión redigitalizada y remasterizada. De entrada, la portada es la misma pero en reducido, y, al contrario de la edición del 92, no vienen las letras. Sólo puedes sentirte colérico y estafado cuando compruebas que, en realidad, sólo dos de los cortes han sido mejorados. El resto, no es que estén igual, es que se oyen muchísimo PEOR que la versión original. Menos mal que, dentro de lo malo, no retiraron de las tiendas la edición de toda la vida. Hasta ahí podría haber llegado la broma. Y por último... a alguien se le ocurre intentar exprimir un poco más todavía el “Volumen Brutal”. Meter en un solo CD las versiones en español y en inglés es muy buena idea. Sólo que, llega un poco tarde, porque todos los fans de Barón Rojo ya las tenemos por separado, hace un montón de años que salieron en este formato. Lo único que podría haber resultado interesante, las letras en inglés, se queda incomprensiblemente fuera, sólo vienen en español. El trabajo de redigitalización no se aprecia a simple vista, de momento te suena todo igual que siempre. Si te pones a escuchar las distintas versiones y comparas, es cuando adviertes que por lo menos en esto sí que se han molestado en hacer una buena labor. Tampoco tenían mucha materia prima disponible. No acierto a comprender qué entiende Sony-BMG por “remasterizar”. Según nos contó Sherpa, los masters originales acabaron en un contenedor hace más de quince años. Con eso y con todo, como digo, se las han arreglado para que al menos notes diferencia en la calidad del sonido. Sólo les diría un par de cosas a los responsables de esta edición. Primero, aunque el resultado ha sido bueno, seguro que habría sido mucho mejor si les hubieran encargado el trabajo a Carlos y Armando. Segundo, si de verdad quieren celebrar los 25 años de Barón Rojo, en vez de intentar aprovechar hasta la saciedad material que ya todo el mundo tiene, pongan la carne en el asador y gástense una pasta para que Arteseros pueda recuperar lo que aún quede aprovechable de las grabaciones en vídeo de “Barón al Rojo Vivo”. He dicho.
Nacho Jordán
WURDALAK "Desde el Silencio"
(Maldito Records)
Han pasado sólo dos años desde que habláramos de este combo valenciano en el nº 20 de nuestra revista, pero han pegado un cambio tan completo que parecen siglos. Tres de los antiguos miembros ya no están en el grupo. En su lugar, en este trabajo debutan el teclista Iván y la cantante Mª José, en cuanto al chelo, simplemente lo han suprimido. Nadie debe creer que al meter una vocalista femenina son otra banda tipo Nightwish, la voz de esta chica puede hacer recordar más a gente como Darna, por dar algún ejemplo. De todas formas, tampoco se parecen especialmente a nadie. Si con este segundo disco pretendían conseguir una personalidad propia, bien que lo han conseguido. El power metal de su primer trabajo “La Llamada...” ha sufrido una transformación total. Salvo algún corte netamente metalero como “No Hay Adiós”, ahora están más por temas mucho más sinfónicos y elaborados, aprovechando de paso su más que considerable progresión técnica. Han mejorado mucho como músicos, y parecen querer demostrarlo. De hecho, de las diez canciones, tres son instrumentales. Lo que falta por ver es qué opinarán sus fans antiguos de tan radical metamorfosis. Han ganado enormemente en ejecución y virtuosismo, aunque en cambio han perdido en comercialidad. Hay excepciones, como “Camino de una sola Dirección”, o, sobre todo, “Nyneve”, la que mejor entra a la primera, con unos violines invitados tipo Mago de Oz. Pero en general, los que les siguieron desde el principio se habrán sentido descolocados. Con todo, hay que reconocer el coraje de los Wurdalak, que no sienten temor alguno en emprender caminos nuevos.
Han pasado sólo dos años desde que habláramos de este combo valenciano en el nº 20 de nuestra revista, pero han pegado un cambio tan completo que parecen siglos. Tres de los antiguos miembros ya no están en el grupo. En su lugar, en este trabajo debutan el teclista Iván y la cantante Mª José, en cuanto al chelo, simplemente lo han suprimido. Nadie debe creer que al meter una vocalista femenina son otra banda tipo Nightwish, la voz de esta chica puede hacer recordar más a gente como Darna, por dar algún ejemplo. De todas formas, tampoco se parecen especialmente a nadie. Si con este segundo disco pretendían conseguir una personalidad propia, bien que lo han conseguido. El power metal de su primer trabajo “La Llamada...” ha sufrido una transformación total. Salvo algún corte netamente metalero como “No Hay Adiós”, ahora están más por temas mucho más sinfónicos y elaborados, aprovechando de paso su más que considerable progresión técnica. Han mejorado mucho como músicos, y parecen querer demostrarlo. De hecho, de las diez canciones, tres son instrumentales. Lo que falta por ver es qué opinarán sus fans antiguos de tan radical metamorfosis. Han ganado enormemente en ejecución y virtuosismo, aunque en cambio han perdido en comercialidad. Hay excepciones, como “Camino de una sola Dirección”, o, sobre todo, “Nyneve”, la que mejor entra a la primera, con unos violines invitados tipo Mago de Oz. Pero en general, los que les siguieron desde el principio se habrán sentido descolocados. Con todo, hay que reconocer el coraje de los Wurdalak, que no sienten temor alguno en emprender caminos nuevos.
Nacho Jordán
15 septiembre 2005
DARK MOOR "Beyond The Sea"
(Arise Records)
Con su anterior entrega homónima, Dark Moor reinició una etapa complicada en lo que empieza a ser ya su extensa trayectoria. La política llevada a cabo por Enrik García y compañía ha sido evolutiva dentro de un estilo particular y personal, cuidando hasta el más mínimo detalle todo su proceso compositivo y creativo hasta desembocar en una depurada grabación, mucha dedicación puesta sobre la mesa en definitiva. En su nueva propuesta “Beyond The Sea” nos topamos con su patrón reconocible a la primera escucha, aunque dotando nítidamente de un giro más directo, menos recargado y sobre todo bañado de múltiples pinceladas de hard rock más clásico, por el cual este puñado de excelentes músicos sienten auténtica devoción. Derek Gores realiza una maravillosa y llamativa portada que da elegante presencia a un trabajo que vuelve a contar con la producción del prestigioso Luigi Stefanini, compartida en esta ocasión con el propio Enrik. Esta vez se utilizaron para registrar la obra dos estudios de grabación, los habituales New Sin (Italia) y los madrileños M20, donde participó el experto Big Simon, habitual hombre de confianza en los trabajos de Ebony Ark, Saratoga, Dreamaker o Stravaganzza. La lista de invitados que colaboran en la entrega realmente acertada, con Mamen Castaño, Nacho Ruiz y José Garrido (Arwen), y Kiko Hagall (ex vocalista de Beethoven R.), poniendo su atractivo granito de arena dentro del complicado entramado que supone el álbum, cuyas piezas están compuestas por el creativo Sr. García, algunas de ellas en tarea compartida con el bajista Dani Fernández (caso de “Miracles” o “Houdini’s Great Escapade”), el batería Andy C. (“Alea Jacta”) o el excelente vocalista Alfred Romero (a cuya autoría hay que atribuirle la letra de “Miracles”). La realización de piezas insertadas en la obra resulta sobresaliente, con “Before The Duel”, directo, arrollador y poseedor de un acertado estribillo abriendo fuego de manera espectacular. “Miracles” es una pequeña joya de contenidos más relajados con introducción de bello piano. “Houdini’s Great Escapade”, es un corte clave en el entramado del disco, recoge influencias de clásicos absolutos como Rainbow, e incluye espectacular solo de guitarra y destacable aportación vocal a cargo de Alfred, que se supera en toda la entrega. La intro “Through The Gates Of The Silver Key” da paso fulgurante a “The Silver Key” cargado de emoción e intensidad, con inserción de teclados y precioso estribillo. Tema basado en la obra “The Dreamlands” de H.P. Lovecraft. Continuando con la vena literaria, “Green Eyes” está basada en la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, inmenso poeta fallecido en 1870, y que reflejaba en su leyenda “Los Ojos Verdes”, que eran “luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia se resbalan sobre las hojas de lo árboles después de una tempestad de verano”. Musicalmente hablando “Green Eyes” se convierte en una elegante y apasionada balada. “Going On” rezuma toques muy Iron Maiden, con partes de energía y melodía repartidas hábilmente. Uno de los momentos álgidos corresponde al que da título a la remesa “Beyond The Sea”, es simplemente exquisito, bebiendo a saco de las fuentes de inspiración del más entrañable hard rock, impecable composición que recuerda la época de Ozzy Osbourne rollo “Shot In The Dark”. La intimista introducción “Julio’s Caesar” da un breve toque nostálgico al disco, dando posteriormente paso a “Alea Jacta” que cierra el álbum de forma vigorosa, antes de recoger como bonus track la obra maestra “Vivladi’s Winter” como colofón final y broche de oro. Sus discos son increíbles cartas de presentación, y sus directos lo confirman con creces. Dark Moor hace tiempo que han demostrado ser en su género una de las mejores formaciones europeas y de buena parte del jodido planeta. En definitiva, todo un lujo a nuestro alcance.
Con su anterior entrega homónima, Dark Moor reinició una etapa complicada en lo que empieza a ser ya su extensa trayectoria. La política llevada a cabo por Enrik García y compañía ha sido evolutiva dentro de un estilo particular y personal, cuidando hasta el más mínimo detalle todo su proceso compositivo y creativo hasta desembocar en una depurada grabación, mucha dedicación puesta sobre la mesa en definitiva. En su nueva propuesta “Beyond The Sea” nos topamos con su patrón reconocible a la primera escucha, aunque dotando nítidamente de un giro más directo, menos recargado y sobre todo bañado de múltiples pinceladas de hard rock más clásico, por el cual este puñado de excelentes músicos sienten auténtica devoción. Derek Gores realiza una maravillosa y llamativa portada que da elegante presencia a un trabajo que vuelve a contar con la producción del prestigioso Luigi Stefanini, compartida en esta ocasión con el propio Enrik. Esta vez se utilizaron para registrar la obra dos estudios de grabación, los habituales New Sin (Italia) y los madrileños M20, donde participó el experto Big Simon, habitual hombre de confianza en los trabajos de Ebony Ark, Saratoga, Dreamaker o Stravaganzza. La lista de invitados que colaboran en la entrega realmente acertada, con Mamen Castaño, Nacho Ruiz y José Garrido (Arwen), y Kiko Hagall (ex vocalista de Beethoven R.), poniendo su atractivo granito de arena dentro del complicado entramado que supone el álbum, cuyas piezas están compuestas por el creativo Sr. García, algunas de ellas en tarea compartida con el bajista Dani Fernández (caso de “Miracles” o “Houdini’s Great Escapade”), el batería Andy C. (“Alea Jacta”) o el excelente vocalista Alfred Romero (a cuya autoría hay que atribuirle la letra de “Miracles”). La realización de piezas insertadas en la obra resulta sobresaliente, con “Before The Duel”, directo, arrollador y poseedor de un acertado estribillo abriendo fuego de manera espectacular. “Miracles” es una pequeña joya de contenidos más relajados con introducción de bello piano. “Houdini’s Great Escapade”, es un corte clave en el entramado del disco, recoge influencias de clásicos absolutos como Rainbow, e incluye espectacular solo de guitarra y destacable aportación vocal a cargo de Alfred, que se supera en toda la entrega. La intro “Through The Gates Of The Silver Key” da paso fulgurante a “The Silver Key” cargado de emoción e intensidad, con inserción de teclados y precioso estribillo. Tema basado en la obra “The Dreamlands” de H.P. Lovecraft. Continuando con la vena literaria, “Green Eyes” está basada en la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, inmenso poeta fallecido en 1870, y que reflejaba en su leyenda “Los Ojos Verdes”, que eran “luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia se resbalan sobre las hojas de lo árboles después de una tempestad de verano”. Musicalmente hablando “Green Eyes” se convierte en una elegante y apasionada balada. “Going On” rezuma toques muy Iron Maiden, con partes de energía y melodía repartidas hábilmente. Uno de los momentos álgidos corresponde al que da título a la remesa “Beyond The Sea”, es simplemente exquisito, bebiendo a saco de las fuentes de inspiración del más entrañable hard rock, impecable composición que recuerda la época de Ozzy Osbourne rollo “Shot In The Dark”. La intimista introducción “Julio’s Caesar” da un breve toque nostálgico al disco, dando posteriormente paso a “Alea Jacta” que cierra el álbum de forma vigorosa, antes de recoger como bonus track la obra maestra “Vivladi’s Winter” como colofón final y broche de oro. Sus discos son increíbles cartas de presentación, y sus directos lo confirman con creces. Dark Moor hace tiempo que han demostrado ser en su género una de las mejores formaciones europeas y de buena parte del jodido planeta. En definitiva, todo un lujo a nuestro alcance.
José Mora
LOS SUAVES "El Jardín De Las Delicias"
(Locomotive Music)
“La vida no tiene colores, no es blanca, negra, ni siquiera gris, y si acaso alguno tuviera, sería el color del tiempo...” ¿Qué es el tiempo? Acaso ese viejo enemigo contrarreloj contra el que no se puede luchar. Muchas y vistosas pinceladas de nostalgia, y de cierta melancolía, atisbo en este nuevo disco de los de Ourense. Ideado en un principio como disco de Yosi en solitario, fabricado desde una base musical muy básica, la poesía traducida a golpe de rock’n’roll va aflorando a lo largo de su recorrido. “El Jardín De Las Delicias” toma su nombre del cuadro de El Bosco realizado hacia 1504, y marca de forma considerable la sensibilidad del brillante compositor gallego, que aislado durante un largo año desecha bocetos hasta ver satisfecho la finalización de este trabajo a nivel letrístico. El disco, no obstante, recoge dos piezas no escritas por Yosi, “No Llegaste a Mi”, versión de Los Cheyennes, y una adaptación de Barry McGuire “Vísperas de Destrucción”. Por lo demás, crudo resulta el tema que da apertura y título al trabajo, con un texto que araña el alma y que reza: “mis noches han sido un mar atormentado, charcos de luz fueron mis días, ha pecado forzando candados, también he cerrado algunas heridas...” En el mencionado anteriormente “Vísperas de Destrucción” viene a vueltas con los fanatismos religiosos que desembocan en guerras y atentados terroristas, sirviendo como sincero homenaje a las víctimas del 11-M. Curioso resulta “No Le Grites”, un claro alegato a favor de la mujer y contra la violencia de género, con inserción de guitarras acústicas, varios solos de eléctrica, introduciendo coros al final, cosa poco usual en Los Suaves. Descarna e intensa se muestra “No Me Pesa Es Mi Amigo”, larga en su desarrollo, donde continúan los guiños acústicos mezclados con fuerza y energía, con una temática en cuanto a la letra similar o bastante próxima a “Malas Noticias”. La preciosa balada “Deja de Llorar Mi Amor”, con el mar de fondo de testigo absorbiendo la tragedia, es una acertada nota relajada. “El diablo lo hizo todo por ti, vendiste mentiras a la gente, y coartadas a tu corazón...” expresa el corte “Piensan”, donde posiblemente su propio autor se vea reflejado. “Quizá Esta Noche” aparece con el afilador y la villa gallega de fondo, mientras “Noches Del Long Play” repleta de recuerdos, hace mención a los “veinte escalones que nos empujaban al fondo del cielo...”, de un garito donde, aparte de dejar muchos vasos vacíos, los de Ourense empezaron musicalmente a caminar, sin duda uno de los mejores temas del álbum. Vacilona resulta “Burro Cansado Blues”, y cerrando la función y recordando ligeramente a “Ese Día Piensa En Mi” nos topamos con “La Ultima Canción”, contando que “mi última mujer será para otro, mi última mirada será para una pared, mi última lágrima para mi almohada, pero mi última canción será para mi...” como presagio de un final que espero tarde mucho tiempo en llegar, aunque, claro, contra ese viejo enemigo resulta inútil luchar, y su color no es blanco, ni negro, ni siquiera gris... como la propia vida.
“La vida no tiene colores, no es blanca, negra, ni siquiera gris, y si acaso alguno tuviera, sería el color del tiempo...” ¿Qué es el tiempo? Acaso ese viejo enemigo contrarreloj contra el que no se puede luchar. Muchas y vistosas pinceladas de nostalgia, y de cierta melancolía, atisbo en este nuevo disco de los de Ourense. Ideado en un principio como disco de Yosi en solitario, fabricado desde una base musical muy básica, la poesía traducida a golpe de rock’n’roll va aflorando a lo largo de su recorrido. “El Jardín De Las Delicias” toma su nombre del cuadro de El Bosco realizado hacia 1504, y marca de forma considerable la sensibilidad del brillante compositor gallego, que aislado durante un largo año desecha bocetos hasta ver satisfecho la finalización de este trabajo a nivel letrístico. El disco, no obstante, recoge dos piezas no escritas por Yosi, “No Llegaste a Mi”, versión de Los Cheyennes, y una adaptación de Barry McGuire “Vísperas de Destrucción”. Por lo demás, crudo resulta el tema que da apertura y título al trabajo, con un texto que araña el alma y que reza: “mis noches han sido un mar atormentado, charcos de luz fueron mis días, ha pecado forzando candados, también he cerrado algunas heridas...” En el mencionado anteriormente “Vísperas de Destrucción” viene a vueltas con los fanatismos religiosos que desembocan en guerras y atentados terroristas, sirviendo como sincero homenaje a las víctimas del 11-M. Curioso resulta “No Le Grites”, un claro alegato a favor de la mujer y contra la violencia de género, con inserción de guitarras acústicas, varios solos de eléctrica, introduciendo coros al final, cosa poco usual en Los Suaves. Descarna e intensa se muestra “No Me Pesa Es Mi Amigo”, larga en su desarrollo, donde continúan los guiños acústicos mezclados con fuerza y energía, con una temática en cuanto a la letra similar o bastante próxima a “Malas Noticias”. La preciosa balada “Deja de Llorar Mi Amor”, con el mar de fondo de testigo absorbiendo la tragedia, es una acertada nota relajada. “El diablo lo hizo todo por ti, vendiste mentiras a la gente, y coartadas a tu corazón...” expresa el corte “Piensan”, donde posiblemente su propio autor se vea reflejado. “Quizá Esta Noche” aparece con el afilador y la villa gallega de fondo, mientras “Noches Del Long Play” repleta de recuerdos, hace mención a los “veinte escalones que nos empujaban al fondo del cielo...”, de un garito donde, aparte de dejar muchos vasos vacíos, los de Ourense empezaron musicalmente a caminar, sin duda uno de los mejores temas del álbum. Vacilona resulta “Burro Cansado Blues”, y cerrando la función y recordando ligeramente a “Ese Día Piensa En Mi” nos topamos con “La Ultima Canción”, contando que “mi última mujer será para otro, mi última mirada será para una pared, mi última lágrima para mi almohada, pero mi última canción será para mi...” como presagio de un final que espero tarde mucho tiempo en llegar, aunque, claro, contra ese viejo enemigo resulta inútil luchar, y su color no es blanco, ni negro, ni siquiera gris... como la propia vida.
José Mora
EVENRUDE "One Size Fits All"
(MTM Classix / Goi Music)
MTM vuelve a dar en el clavo recuperando esta joya del hard melódico escandinavo, editado originalmente en el año 1989 y que supuso el último disco en estudio publicado por este solista nórdico. "One Size Fits All" se agotó al poco tiempo de llegar a las tiendas, pagándose recientemente hasta 300$ por una copia del mismo. Como digo, en estos días se reedita por fin esta maravilla, remasterizada y con 4 temas extra. Para los no iniciados, recordaros que Ole Evenrude lanzó hasta 5 álbumes durante los años 80, siendo este "One Size Fits All" con toda seguridad el mejor de ellos. En el mismo se deja acompañar por Trond Holter a las guitarras (antes en Dream Police y ahora reconvertido en Teeny de Wig Wam); los galácticos Robin Beck, Fiore y Hugo hacen coros, mientras que en la producción mete mano el veterano Neil Kernon (Dokken, XYZ, Autograph, Shy, Michael Bolton, etc.). El disco se inicia con “Never Say Die”, un fabuloso corte con mega-teclados y coros de ensueño. Le sigue el no menos impactante “Desperado”, otro temazo que maravilla por su fantástica manera de combinar pegajosos estribillos y potentes partes guitarreras, (grabada con anterioridad por Sha-Boom). “Broken Heart” es un medio-tiempo muy similar al “Here I Go Again” de Whitesnake, empapado de melodía y mucho A.O.R. Continuamos con el rockero “25 Years Of RnR”, clavadito al “I Love RnR” de Joan Jett; mientras que “Peepin’ Tom” parece estar sacada de un disco de Ratt o Mötley Crüe. “Make My Day” consigue recordar a The Cars, con unos coros realmente logrados; en tanto que “Home Sweet Home” es otro de los momentos álgidos del álbum, con un estribillo digno de mención. Y “Still In Love With You” es una buenísima balada, de cuidada interpretación. El disco finalizaba en su día con la rarilla “Raise Your Fist And Shout” y la hard rockera “X-Ray Specs”, ésta última muy influenciada por la música Billy Idol. En cuanto a los bonus tracks de esta edición, destacar “Welcome To The Real World” (a lo Alice Cooper del "Trash" y grabada también por Bai Bang) y “Werewolf” (grandioso pop-rock, grabada de nuevo por Sha-Boom y Bai Bang). Los otras 2 extras (“F.O.F.D.” y “She Looks Like A Billion Bucks”), resultan bastante simplonas y se entiende su no-inclusión en la edición original del álbum. Una obra que no debes dejar pasar si acostumbras a escuchar Hard-A.O.R.- melódico-escandinavo. Toma palabro!!!!
MTM vuelve a dar en el clavo recuperando esta joya del hard melódico escandinavo, editado originalmente en el año 1989 y que supuso el último disco en estudio publicado por este solista nórdico. "One Size Fits All" se agotó al poco tiempo de llegar a las tiendas, pagándose recientemente hasta 300$ por una copia del mismo. Como digo, en estos días se reedita por fin esta maravilla, remasterizada y con 4 temas extra. Para los no iniciados, recordaros que Ole Evenrude lanzó hasta 5 álbumes durante los años 80, siendo este "One Size Fits All" con toda seguridad el mejor de ellos. En el mismo se deja acompañar por Trond Holter a las guitarras (antes en Dream Police y ahora reconvertido en Teeny de Wig Wam); los galácticos Robin Beck, Fiore y Hugo hacen coros, mientras que en la producción mete mano el veterano Neil Kernon (Dokken, XYZ, Autograph, Shy, Michael Bolton, etc.). El disco se inicia con “Never Say Die”, un fabuloso corte con mega-teclados y coros de ensueño. Le sigue el no menos impactante “Desperado”, otro temazo que maravilla por su fantástica manera de combinar pegajosos estribillos y potentes partes guitarreras, (grabada con anterioridad por Sha-Boom). “Broken Heart” es un medio-tiempo muy similar al “Here I Go Again” de Whitesnake, empapado de melodía y mucho A.O.R. Continuamos con el rockero “25 Years Of RnR”, clavadito al “I Love RnR” de Joan Jett; mientras que “Peepin’ Tom” parece estar sacada de un disco de Ratt o Mötley Crüe. “Make My Day” consigue recordar a The Cars, con unos coros realmente logrados; en tanto que “Home Sweet Home” es otro de los momentos álgidos del álbum, con un estribillo digno de mención. Y “Still In Love With You” es una buenísima balada, de cuidada interpretación. El disco finalizaba en su día con la rarilla “Raise Your Fist And Shout” y la hard rockera “X-Ray Specs”, ésta última muy influenciada por la música Billy Idol. En cuanto a los bonus tracks de esta edición, destacar “Welcome To The Real World” (a lo Alice Cooper del "Trash" y grabada también por Bai Bang) y “Werewolf” (grandioso pop-rock, grabada de nuevo por Sha-Boom y Bai Bang). Los otras 2 extras (“F.O.F.D.” y “She Looks Like A Billion Bucks”), resultan bastante simplonas y se entiende su no-inclusión en la edición original del álbum. Una obra que no debes dejar pasar si acostumbras a escuchar Hard-A.O.R.- melódico-escandinavo. Toma palabro!!!!
Rafa Carrillo
05 septiembre 2005
DARREN SMITH BAND "Keep The Spirit Alive"
(MTM / Goi Music)
Resultó verdaderamente lamentable que tras el fenomenal "Higher", Harem Scarem lanzaran el desastroso "Overload". Pero tras aquella enorme decepción, hete aquí que llega su antiguo batería Darren Smith y junta una banda para grabar este "Keep The Spirit Alive". Un trabajo vitalista, rockero, y con un sonido Harem Scarem que parece extraído del "Weight Of The World". Incluso ha contado con la colaboración de los mismísimos Pete Lesperance y Harry Hess, éste último encargado también de producir y mezclar el disco. El bueno de Smith además de cantar los temas (con una voz muy parecida a la de Hess, pero algo más cruda y rascona), mete algunas guitarras. Del resto de músicos, destacar la labor simple pero efectiva del guitarrista Mike Hall (Killer Dwarfs, Helix), del bajista Stan Miczek (Honeymoon Suite, Sass Jordan), y del batería Pat Carrano (Live Sex Show). La filosofía general del álbum (hard-rock melódico trufado de buenos coros), queda plasmada en el marchoso corte de apertura, “It All Comes Back”, la cual da paso al tema que titula el CD, otra fantástica pieza en la que Darren parece el mismísimo Graham Bonnet!!!! Otros temas destacados de este trabajo serían “Still On My Radio”, “Everybody Knows About You” (con una melodía calcada al tema infantil “Chincha Rapiña, Cómete Una Piña” ¿?), y la deliciosa balada “There You Go”. Incluso se marcan una acelerada y curiosa recreación del clásico de Nazareth “Love Hurts”. En la versión europea se añaden además 2 bonus tracks, algo oscuritas y sosonas, pero que suponen un aliciente más para la adquisición de este buen álbum, que a muchos os compensará el disgusto sufrido con el último de Harem Scarem. Así que ya sabéis, acercaos a la tienda y pillároslo, que os haréis un gran favor.
Resultó verdaderamente lamentable que tras el fenomenal "Higher", Harem Scarem lanzaran el desastroso "Overload". Pero tras aquella enorme decepción, hete aquí que llega su antiguo batería Darren Smith y junta una banda para grabar este "Keep The Spirit Alive". Un trabajo vitalista, rockero, y con un sonido Harem Scarem que parece extraído del "Weight Of The World". Incluso ha contado con la colaboración de los mismísimos Pete Lesperance y Harry Hess, éste último encargado también de producir y mezclar el disco. El bueno de Smith además de cantar los temas (con una voz muy parecida a la de Hess, pero algo más cruda y rascona), mete algunas guitarras. Del resto de músicos, destacar la labor simple pero efectiva del guitarrista Mike Hall (Killer Dwarfs, Helix), del bajista Stan Miczek (Honeymoon Suite, Sass Jordan), y del batería Pat Carrano (Live Sex Show). La filosofía general del álbum (hard-rock melódico trufado de buenos coros), queda plasmada en el marchoso corte de apertura, “It All Comes Back”, la cual da paso al tema que titula el CD, otra fantástica pieza en la que Darren parece el mismísimo Graham Bonnet!!!! Otros temas destacados de este trabajo serían “Still On My Radio”, “Everybody Knows About You” (con una melodía calcada al tema infantil “Chincha Rapiña, Cómete Una Piña” ¿?), y la deliciosa balada “There You Go”. Incluso se marcan una acelerada y curiosa recreación del clásico de Nazareth “Love Hurts”. En la versión europea se añaden además 2 bonus tracks, algo oscuritas y sosonas, pero que suponen un aliciente más para la adquisición de este buen álbum, que a muchos os compensará el disgusto sufrido con el último de Harem Scarem. Así que ya sabéis, acercaos a la tienda y pillároslo, que os haréis un gran favor.
Rafa Carrillo
RUSSELL ALLEN’S "Atomic Soul"
(Insideout / Mastertrax)
Aquí tenemos una nueva muestra de lo diferentes que pueden resultar los gustos de un músico con respecto a la música que pueda interpretar en el seno de su banda. En este caso, se trata de Russell Allen, el más que conocido cantante de los “heavy-progresivos” Symphony X. Una interesante colección de tracks destinados al exclusivo lucimiento del mencionado frontman, que no pierde la oportunidad de mostrarnos su amplia gama de registros vocales. El disco en sí resulta un tanto tedioso, y no por falta de calidad, sino de variedad musical. Canciones construidas para el absoluto protagonismo de la voz, impiden que ninguno de los otros instrumentos tenga la oportunidad de relajar nuestras neuronas sobrecargadas por el excelente pero agobiante trabajo de Mr. Allen. Y esto lo digo sin olvidar que son Pinella y Romeo (teclista y guitarra de Symphony X) dos importantes ayudas a lo largo del disco. Sin embargo, es el propio Allen quien se encarga de la mayoría de los instrumentos, a excepción de la batería, que corre a cargo de Robert Nelson. Si “Blackout”, tema con el que se abre el trabajo, pasa sin pena ni gloria por nuestros oídos, la segunda, “Unjustified”, llama la atención por su cadencia, en la onda de los medios tiempos de Dio o Rainbow. En estos primeros cortes usa una voz tan rasgada que, sobretodo en “Unjustified”, casi duele escucharla. En “Voodoo Hand” se relaja para sumergirnos en sonidos vocales en la línea del maestro Glen Hugues. “Angel”, que continúa con los sonidos setenteros, aunque con un sonido de guitarra demasiado sucio, es un medio tiempo que nos acerca a los primeros Purple, con la sublime voz de Allen mostrando su capacidad para recorrer arriba y abajo el pentagrama de la composición. “The Distance” sigue aminorando progresivamente el ritmo del disco con una semi-lenta de alta calidad técnica, pero que emotivamente no me dice nada. Vuelve el desgarro vocal y la agresividad con “Seasons of Insanity”, de interesante riff guitarrero. Otro medio tiempo, “Gaia”, esta vez con sabor oriental, nos devuelve a la monotonía de sonidos ya escuchados. Nos encontramos con ritmos funkies en “Loosin’ You” (sigue en la línea Glenn Hugues), y blueseros en “Saucey Jack”. Hasta aquí el disco rebosa calidad instrumental, pero resulta agotador escuchar sin cesar la voz del Sr. Allen, por encima de una música que tampoco tiene muchas ocasiones de aliviar la tensión. Pero, para el final... ¡Lo Mejor! Vaya dos temazos para cerrar el disco. “We Will Fly” es, con diferencia, la mejor composición del disco. Un corte de auténtico rock sinfónico en el que la voz de Russell si se adapta a la música, convirtiéndose en parte de una fenomenal danza de notas que te va llevando a través de geniales teclados, guitarras no dañinas (muy sucias durante el resto de los temas) y un estribillo agradablemente comercial. Para el final, el trallazo definitivo. “Atomic Soul”, que da título al CD, es cañera... y heavy. En este tema epílogo, arranca Mr. Allen las notas más altas de su garganta. Un teclado a cargo de Jens Johansson (Stratovarius) que recuerda al “Rainmaker” de los Maiden, da comienzo a un tema que sirve para recordarnos durante el resto de la canción los grandes tiempos del hard rock de los setenta. En definitiva, un trabajo recomendable, sobre todo, para fans del vocalista, que encontraran un extraordinario clinic “gargantil” del gran maestro, vocalista de Symphony X.
Carlos Treviño Cobo
LANA LANE "Lady Macbeth"
(Frontiers / Mastertrax)
Nuevo trabajo de la excelente vocalista cuyo nombre es un collage del de las dos novias de Superman. Una vez más arropada por su inseparable Erik Norlander, nos ofrece este trabajo de carácter conceptual, en el que se desgranan una gran colección de canciones que rinden tributo al más clásico heavy metal de los setenta y los ochenta, pero sobre todo a la voz de la fémina rock star. Y es que queda claro desde un primer momento que todo está premeditado para no restar ni un ápice de protagonismo a la carismática dama y su voz. Erik ha construido un gran castillo de sonidos en cuya torre del homenaje se encarama la princesa para gritar a los cuatro vientos..¡Que viva Dio... y J. L. Turner... y Glen Hugues... los grandes maestros! El asunto no puede comenzar más cañero con “The Dream That Never Ends”, si bien nos engañan un poco con el inicio baladero con piano, flauta y la celestial voz. Pero el bajo de Kristoffer Gildenlow (Pain of Salvation) nos introduce en una canción típica del hard rock de los setenta. Aceleradísimos ritmos machacones y solos de guitarra a un volumen por debajo de lo normal, para no restarle protagonismo a la princesa, nos introducen en un disco fácil de escuchar. "Someone to Believe", el primer single con video-clip incluido, está a mitad de camino entre su comienzo sinfónico, gracias a las teclas de Erik, y el ritmo machacón típico del Rock melódico que practicaban bandas como Vixen. El tercer corte es una deliciosa balada en el que que Lana derrocha sentimentalismo, al igual que las melodías guitarreras, que corren a cargo, a lo largo de todo el cd, de Neil Citron, Mark McCrite y Peer Verschuren. “Summon the Devil” es una mezcla entre Sabbath y Dio. Medio tiempo machacón de ritmo reiterativo. La música, debo insistir en ello, es bastante pobre, sin complicaciones, por lo que la voz es el único hilo conductor. Los solos, aunque interesantes, quedan constantemente por debajo de la voz, son meros adornos para la diva. “No Tomorrow” continúa en la misma línea, semi balada de corte sinfónico y hardrockero. “Shine on Golden Sun” suena a himno típico de rock, con pasajes muy cantables. “The Vision”, instrumental, se alimenta de la gran influencia que las míticas bandas sinfónicas como Yes ó Pink Floyd han ejercido sobre el compositor. Sin duda es el hueco que Mr. Norlander se ha guardado para sí mismo. En “Keeper of the Flame” vuelve la caña y aquí es donde Lana muestra todo el poder de su garganta. Sustentada en los excelentes coros de Kelly Keeling, la frontman alcanza sus más altas cotas de exhibicionismo vocal, mostrando su buen trabajo a base de notas mantenidas y otras piruetas. “We Had the World” nos muestra unas melodías de guitarras más sobresalientes de lo habitual, que sirven para construir una balada en la que Lana vuelve a lucirse. Para cerrar el disco, un espectacular dueto piano/voz de los que tanto les gusta hacer a Norlander y Lane. Norlander ha trabajado con los más típicos recursos del sinfónico, el hard rock y el heavy metal para construir el marco perfecto en el que mostrar las cualidades de la cantante. Si la música hubiera estado más currada, ¡habría sido la ostia!
Nuevo trabajo de la excelente vocalista cuyo nombre es un collage del de las dos novias de Superman. Una vez más arropada por su inseparable Erik Norlander, nos ofrece este trabajo de carácter conceptual, en el que se desgranan una gran colección de canciones que rinden tributo al más clásico heavy metal de los setenta y los ochenta, pero sobre todo a la voz de la fémina rock star. Y es que queda claro desde un primer momento que todo está premeditado para no restar ni un ápice de protagonismo a la carismática dama y su voz. Erik ha construido un gran castillo de sonidos en cuya torre del homenaje se encarama la princesa para gritar a los cuatro vientos..¡Que viva Dio... y J. L. Turner... y Glen Hugues... los grandes maestros! El asunto no puede comenzar más cañero con “The Dream That Never Ends”, si bien nos engañan un poco con el inicio baladero con piano, flauta y la celestial voz. Pero el bajo de Kristoffer Gildenlow (Pain of Salvation) nos introduce en una canción típica del hard rock de los setenta. Aceleradísimos ritmos machacones y solos de guitarra a un volumen por debajo de lo normal, para no restarle protagonismo a la princesa, nos introducen en un disco fácil de escuchar. "Someone to Believe", el primer single con video-clip incluido, está a mitad de camino entre su comienzo sinfónico, gracias a las teclas de Erik, y el ritmo machacón típico del Rock melódico que practicaban bandas como Vixen. El tercer corte es una deliciosa balada en el que que Lana derrocha sentimentalismo, al igual que las melodías guitarreras, que corren a cargo, a lo largo de todo el cd, de Neil Citron, Mark McCrite y Peer Verschuren. “Summon the Devil” es una mezcla entre Sabbath y Dio. Medio tiempo machacón de ritmo reiterativo. La música, debo insistir en ello, es bastante pobre, sin complicaciones, por lo que la voz es el único hilo conductor. Los solos, aunque interesantes, quedan constantemente por debajo de la voz, son meros adornos para la diva. “No Tomorrow” continúa en la misma línea, semi balada de corte sinfónico y hardrockero. “Shine on Golden Sun” suena a himno típico de rock, con pasajes muy cantables. “The Vision”, instrumental, se alimenta de la gran influencia que las míticas bandas sinfónicas como Yes ó Pink Floyd han ejercido sobre el compositor. Sin duda es el hueco que Mr. Norlander se ha guardado para sí mismo. En “Keeper of the Flame” vuelve la caña y aquí es donde Lana muestra todo el poder de su garganta. Sustentada en los excelentes coros de Kelly Keeling, la frontman alcanza sus más altas cotas de exhibicionismo vocal, mostrando su buen trabajo a base de notas mantenidas y otras piruetas. “We Had the World” nos muestra unas melodías de guitarras más sobresalientes de lo habitual, que sirven para construir una balada en la que Lana vuelve a lucirse. Para cerrar el disco, un espectacular dueto piano/voz de los que tanto les gusta hacer a Norlander y Lane. Norlander ha trabajado con los más típicos recursos del sinfónico, el hard rock y el heavy metal para construir el marco perfecto en el que mostrar las cualidades de la cantante. Si la música hubiera estado más currada, ¡habría sido la ostia!
Carlos Treviño Cobo
LABYRINTH "Freeman"
(Arise Records)
Nuevo lanzamiento de los italianos Labyrinth, séptimo en su más que respetable carrera que dura ya diez años desde que allá por el ’95 publicaran su E.P. “Piece of Time”. Una nueva colección de canciones que suponen una vuelta de tuerca más en la búsqueda del sonido propio, ese que no admita comparaciones con nadie. Y a fe que lo consiguen, incluso ya desde la misma portada, con ese maniquí de rodillas y esposado, que no da ni la más mínima pista sobre lo que el láser pueda descubrirnos. Grabado en Italia, pero masterizado en Alemania, el disco supone una colección de cortes de muy diferente signo, quizás dando salida a los deseos artísticos de los seis miembros de la banda. Desde el moderno sonido de la guitarra en “L.Y.A.F.H.”, con notables influencias del progresivo, Andrea Cantarelli, muestra un saber hacer digno de su larga experiencia a las seis cuerdas. “Deserter” ó “Dive in open water” son dos claros ejemplos de lo mismo. La primera con constantes cambios que te llevan a traves de todos los sonidos, intercalando lo duro y lo suave con una crudeza nerviosa. La segunda nos acerca al power metal, con Roberto Tiranti cantando muy bien. “Freeman” reincide sobre los bruscos cambios de estilo, mientras que “M3” resulta bastante comercial, con influencias del metal de los ochenta. “Face and Pay” nos muestra una poderosa base rítmica, que corre a cargo de Mattia Stanciolu (batería) y Cristiano Bertocchi (bajo), y una moderna y extravagante ambientación de teclados, a mitad de camino entre los setenta y “Odisea en el espacio”, a cargo de Andrea De Paoli. La balada, y quizás el mejor tema del disco, se titula “Malcolm Grey” y es una excelente exposición de melodías que, interpretadas por la voz, la guitarra o el piano, dejan patente la capacidad de estos italianos para conmover. Los últimos tres cortes, “Nothing new”, “Infields” y “Meanings”, ahondan en lo anteriormente expuesto, o sea, cualquier camino es bueno siempre que no haya sido explorado antes. Quizás peque de falta de consistencia, de homogeneidad, que la puede haber incluso buscando la variedad y la sorpresa. En ocasiones parece que las canciones sean de distintas bandas, llegando a no parecerse... ¡ni a sí mismos!. En cualquier caso, si escuchas a estos locos que están a mitad de camino entre el Rock Progresivo y el abismo, lograrán sacarte de la rutina.
Nuevo lanzamiento de los italianos Labyrinth, séptimo en su más que respetable carrera que dura ya diez años desde que allá por el ’95 publicaran su E.P. “Piece of Time”. Una nueva colección de canciones que suponen una vuelta de tuerca más en la búsqueda del sonido propio, ese que no admita comparaciones con nadie. Y a fe que lo consiguen, incluso ya desde la misma portada, con ese maniquí de rodillas y esposado, que no da ni la más mínima pista sobre lo que el láser pueda descubrirnos. Grabado en Italia, pero masterizado en Alemania, el disco supone una colección de cortes de muy diferente signo, quizás dando salida a los deseos artísticos de los seis miembros de la banda. Desde el moderno sonido de la guitarra en “L.Y.A.F.H.”, con notables influencias del progresivo, Andrea Cantarelli, muestra un saber hacer digno de su larga experiencia a las seis cuerdas. “Deserter” ó “Dive in open water” son dos claros ejemplos de lo mismo. La primera con constantes cambios que te llevan a traves de todos los sonidos, intercalando lo duro y lo suave con una crudeza nerviosa. La segunda nos acerca al power metal, con Roberto Tiranti cantando muy bien. “Freeman” reincide sobre los bruscos cambios de estilo, mientras que “M3” resulta bastante comercial, con influencias del metal de los ochenta. “Face and Pay” nos muestra una poderosa base rítmica, que corre a cargo de Mattia Stanciolu (batería) y Cristiano Bertocchi (bajo), y una moderna y extravagante ambientación de teclados, a mitad de camino entre los setenta y “Odisea en el espacio”, a cargo de Andrea De Paoli. La balada, y quizás el mejor tema del disco, se titula “Malcolm Grey” y es una excelente exposición de melodías que, interpretadas por la voz, la guitarra o el piano, dejan patente la capacidad de estos italianos para conmover. Los últimos tres cortes, “Nothing new”, “Infields” y “Meanings”, ahondan en lo anteriormente expuesto, o sea, cualquier camino es bueno siempre que no haya sido explorado antes. Quizás peque de falta de consistencia, de homogeneidad, que la puede haber incluso buscando la variedad y la sorpresa. En ocasiones parece que las canciones sean de distintas bandas, llegando a no parecerse... ¡ni a sí mismos!. En cualquier caso, si escuchas a estos locos que están a mitad de camino entre el Rock Progresivo y el abismo, lograrán sacarte de la rutina.
Carlos Treviño Cobo
29 agosto 2005
JAMES LaBRIE "Elements of Persuasion"
(Inside Out / Mastertrax)
El cantante de Dream Theater edita en estos días su primera obra en solitario, tras anteriores incursiones musicales (Mullmuzzler, Ayreon, Frameshift) al margen de sus progresivos compañeros. Aunque a decir verdad, algunos de los cortes de este “Elements of Persuasión” bien podrían haber ido incluidos en “Awake”... No obstante Labrie se ha currado un álbum realmente interesante y variado, que deslumbra por su riqueza de matices y variedad estilística. Desde el furioso thrash de “Crucify” (onda primeros Metallica) hasta la sorprendente sensibilidad de “Slightly Out of Reach”, el disco muestra la acentuada tendencia del vocalista canadiense por recorrer el amplio espectro musical que impera en el metal actual, pero con mucho criterio y sin resultar por ello aburrido o cansino. Eso sí, gran parte del mérito del disco le corresponde a la pléyade de buenos músicos que acompañan a LaBrie en esta aventura; destacando la poderosa batería de Mike Mangini, la sobriedad de Bryan Beller al bajo, la finura de Matt Guillory a las teclas, y sobre todo el talento de Marco Sfogli a la guitarra, capaz de recordarnos a titanes como James Hetfield o Scott Ian en las rítmicas. Además, la producción es muy cuidada (exquisita incluso en algunos temas), dotando a “Elements of Persuassion” de atmósferas envolventes, e incluyendo acertados toques de música electrónica que para nada desentonan en el resultado final. LaBrie se ha marcado así un trabajo de altura y que sin duda agradará sobremanera tanto a los seguidores de DT, como a aquellos que aún estaban por convencer. Muy bueno, sí señor.
El cantante de Dream Theater edita en estos días su primera obra en solitario, tras anteriores incursiones musicales (Mullmuzzler, Ayreon, Frameshift) al margen de sus progresivos compañeros. Aunque a decir verdad, algunos de los cortes de este “Elements of Persuasión” bien podrían haber ido incluidos en “Awake”... No obstante Labrie se ha currado un álbum realmente interesante y variado, que deslumbra por su riqueza de matices y variedad estilística. Desde el furioso thrash de “Crucify” (onda primeros Metallica) hasta la sorprendente sensibilidad de “Slightly Out of Reach”, el disco muestra la acentuada tendencia del vocalista canadiense por recorrer el amplio espectro musical que impera en el metal actual, pero con mucho criterio y sin resultar por ello aburrido o cansino. Eso sí, gran parte del mérito del disco le corresponde a la pléyade de buenos músicos que acompañan a LaBrie en esta aventura; destacando la poderosa batería de Mike Mangini, la sobriedad de Bryan Beller al bajo, la finura de Matt Guillory a las teclas, y sobre todo el talento de Marco Sfogli a la guitarra, capaz de recordarnos a titanes como James Hetfield o Scott Ian en las rítmicas. Además, la producción es muy cuidada (exquisita incluso en algunos temas), dotando a “Elements of Persuassion” de atmósferas envolventes, e incluyendo acertados toques de música electrónica que para nada desentonan en el resultado final. LaBrie se ha marcado así un trabajo de altura y que sin duda agradará sobremanera tanto a los seguidores de DT, como a aquellos que aún estaban por convencer. Muy bueno, sí señor.
Rafa Carrillo
HAREM SCAREM "Overload"
(Frontiers / Mastertrax)
Tras dos álbumes realmente potentes como fueron "Weight Of The World" y "Higher", el cuarteto canadiense vuelve con nuevo trabajo que a mi juicio representa un bajonazo bastante importante en cuanto a calidad se refiere. Y es que los 11 temas que componen "Overload" suponen una enorme decepción para cualquier aficionado al rock melódico, empezando por las canciones y siguiendo por la producción. La voz de Harry Hess suena más chillona que de costumbre, la guitarra de Pete Lesperance se nota más oscura de lo habitual; mientras que la sección rítmica (Barry Donaghy al bajo y Creighton Doane) aguanta el tipo lo mejor que puede durante el minutaje del disco. Pero caaaaaaalma, que no todo es tan malo. A ver, hay temas de indudable calidad como “Don’t Come Easy” o “Forgive & Forget”, que perfectamente podrían haberse incluido en los anteriormente mencionados "Weight Of The World" y "Higher". Pero por desgracia, el resto del material no está a la altura. De hecho, escuchar cortes como “Can’t Live Without You” recuerdan inevitablemente a los infumables Nickelback, con lo cual imaginaos... No quiero extenderme más. Este "Overload" sólo lo disfrutarán aquellos que le pillaron el punto a un castañón como Rubber. Para colmo, la versión que han grabado del “You Shook Me All Night Long” de AC/DC sólo se encuentra disponible en la edición japonesa del CD, siendo sustituida en Europa por el bodrio “Wishing” (bonus-track japonés en su día de "Higher"). Obviamente, a todos aquellos que añoráis el sonido "Mood Swings" os aconsejo activamente que paséis de comprarlo. Una pena...
Tras dos álbumes realmente potentes como fueron "Weight Of The World" y "Higher", el cuarteto canadiense vuelve con nuevo trabajo que a mi juicio representa un bajonazo bastante importante en cuanto a calidad se refiere. Y es que los 11 temas que componen "Overload" suponen una enorme decepción para cualquier aficionado al rock melódico, empezando por las canciones y siguiendo por la producción. La voz de Harry Hess suena más chillona que de costumbre, la guitarra de Pete Lesperance se nota más oscura de lo habitual; mientras que la sección rítmica (Barry Donaghy al bajo y Creighton Doane) aguanta el tipo lo mejor que puede durante el minutaje del disco. Pero caaaaaaalma, que no todo es tan malo. A ver, hay temas de indudable calidad como “Don’t Come Easy” o “Forgive & Forget”, que perfectamente podrían haberse incluido en los anteriormente mencionados "Weight Of The World" y "Higher". Pero por desgracia, el resto del material no está a la altura. De hecho, escuchar cortes como “Can’t Live Without You” recuerdan inevitablemente a los infumables Nickelback, con lo cual imaginaos... No quiero extenderme más. Este "Overload" sólo lo disfrutarán aquellos que le pillaron el punto a un castañón como Rubber. Para colmo, la versión que han grabado del “You Shook Me All Night Long” de AC/DC sólo se encuentra disponible en la edición japonesa del CD, siendo sustituida en Europa por el bodrio “Wishing” (bonus-track japonés en su día de "Higher"). Obviamente, a todos aquellos que añoráis el sonido "Mood Swings" os aconsejo activamente que paséis de comprarlo. Una pena...
Rafa Carrillo
ZENO "Zenology II"
(MTM Music / Goi)
A mediados de los años 80 los germanos Zeno Roth, Uli Ritgen y Michael Flexig formaban Zeno. Un extraordinario proyecto de rock melódico, cuyo álbum debut es unánimemente considerado como una obra maestra dentro su estilo. Tras grabar un 2º disco que no llegó a ver la luz y sustituir a Flexig por Tommy Heart, la banda edita la recopilación de inéditos Zenology, grabados durante 1987-1994 y que consiguen reactivar el interés de los fans por el grupo. Al poco tiempo se publica su tercer trabajo, llamado genéricamente "Listen To The Light", y que suponía hasta hoy su último obra. Pero tras la magnífica reedición de su primer disco, MTM ha conseguido que Zeno Roth hurgue en la colección de grabaciones todavía sin publicar, para ofrecernos una delicatessen que sin duda entusiasmará a cualquier seguidor de esta genial banda. El artefacto en cuestión se llama "Zenology II", y supone la perfecta continuación de su antecesor, aglutinando temas inéditos hasta la fecha y que fueron compuestos durante los años 1983-1989. Como digo, el CD en cuestión es una joya, retomando el sonido más clásico de Zeno. Temas como “Tonight” o “Troubled Love” suenan a gloria bendita, no pudiendo faltar en ninguna colección de rock melódico que se precie... Así que ya sabéis, infaltable en vuestra discoteca particular.
A mediados de los años 80 los germanos Zeno Roth, Uli Ritgen y Michael Flexig formaban Zeno. Un extraordinario proyecto de rock melódico, cuyo álbum debut es unánimemente considerado como una obra maestra dentro su estilo. Tras grabar un 2º disco que no llegó a ver la luz y sustituir a Flexig por Tommy Heart, la banda edita la recopilación de inéditos Zenology, grabados durante 1987-1994 y que consiguen reactivar el interés de los fans por el grupo. Al poco tiempo se publica su tercer trabajo, llamado genéricamente "Listen To The Light", y que suponía hasta hoy su último obra. Pero tras la magnífica reedición de su primer disco, MTM ha conseguido que Zeno Roth hurgue en la colección de grabaciones todavía sin publicar, para ofrecernos una delicatessen que sin duda entusiasmará a cualquier seguidor de esta genial banda. El artefacto en cuestión se llama "Zenology II", y supone la perfecta continuación de su antecesor, aglutinando temas inéditos hasta la fecha y que fueron compuestos durante los años 1983-1989. Como digo, el CD en cuestión es una joya, retomando el sonido más clásico de Zeno. Temas como “Tonight” o “Troubled Love” suenan a gloria bendita, no pudiendo faltar en ninguna colección de rock melódico que se precie... Así que ya sabéis, infaltable en vuestra discoteca particular.
Rafa Carrillo
STYX "Big Bang Theory"
(Frontiers / Mastertrax)
Desde 1972 Styx no solo llevan hacienda música, sino que son referencia absoluta para los amantes del rock melódico. Ahora, en el 2005, publican un recopilatorio con sus temas favoritos de rock de todos los tiempos (“The Great Rock Songbook” lo llaman). Y te preguntas: ¿estarán agotados y faltos de ideas, recurriendo al recopilatorio fácil, o bien lo hacen por devoción, por ofrecer un sincero homenaje a los grupos y artistas que les sirvieron de inspiración?. Prefiero quedarme con esto último. Ya sucedió hace un par de años, cuando otro grupo franquicia, Toto, publicaron su “Hourglass”. Yo me considero un amante de la maravillosa música que se hizo en los 70´, y ofrecer versiones de grupos tan recordados como Jethro Tull, The Who, Blind Faith, Free o Jimmy Hendrix, por ejemplo, es algo muy serio. Otra cosa es que te gusten más o menos las versiones. Yo tengo muchos de los temas originales, y puedo decirte dos cosas favorables a este recopilatorio de Styx: la primera, que son muchos los estilos de música que abarcan (rock, blues, motown) ; la segunda, el gusto y los arreglos que ofrecen en cada una de las canciones. Existen versiones más fieles que otras a las originales, pero la mayoría están hechas con sentimiento, tienen un feelin´ especial. Este “Big Bang Theory” se inicia con la sorprendente versión del “I Am The Walrus” (Beatles) y acaba con la nueva reedición de “Blue Collar Man” (Styx). Entre medias, versiones magníficas como la del bluesman Willy Dixon (“It Don´t Make Sense”), la rápida y recordada por W.A.S.P. “I Don´t Need No Doctor” original de Humple Pie, la intensa “One Way Out” (Allman Brothers) y la fantástica “Summer In The City” (Lovin Sp. Full). Claro que también tienen versiones menos logradas, que no pasan de normales, como las de Jimmy Hendrix (“Manic Depresión”) o la The Who (“I Can´t See For Miles”), pero el conjunto es sobresaliente. En serio. Disfruta de la selección de rock que ofrece Styx. Te servirá también para recuperar o descubrir joyas del pasado, que sirven de inspiración en el presente. Finalmente, deciros que el line up actual de Styx está formado por Tommy Shaw (g/v), James Young (g/v), Todd Sucherman (d), Gowan (k/v) y Ricky Philips (b/v). Toda una garantía.
Desde 1972 Styx no solo llevan hacienda música, sino que son referencia absoluta para los amantes del rock melódico. Ahora, en el 2005, publican un recopilatorio con sus temas favoritos de rock de todos los tiempos (“The Great Rock Songbook” lo llaman). Y te preguntas: ¿estarán agotados y faltos de ideas, recurriendo al recopilatorio fácil, o bien lo hacen por devoción, por ofrecer un sincero homenaje a los grupos y artistas que les sirvieron de inspiración?. Prefiero quedarme con esto último. Ya sucedió hace un par de años, cuando otro grupo franquicia, Toto, publicaron su “Hourglass”. Yo me considero un amante de la maravillosa música que se hizo en los 70´, y ofrecer versiones de grupos tan recordados como Jethro Tull, The Who, Blind Faith, Free o Jimmy Hendrix, por ejemplo, es algo muy serio. Otra cosa es que te gusten más o menos las versiones. Yo tengo muchos de los temas originales, y puedo decirte dos cosas favorables a este recopilatorio de Styx: la primera, que son muchos los estilos de música que abarcan (rock, blues, motown) ; la segunda, el gusto y los arreglos que ofrecen en cada una de las canciones. Existen versiones más fieles que otras a las originales, pero la mayoría están hechas con sentimiento, tienen un feelin´ especial. Este “Big Bang Theory” se inicia con la sorprendente versión del “I Am The Walrus” (Beatles) y acaba con la nueva reedición de “Blue Collar Man” (Styx). Entre medias, versiones magníficas como la del bluesman Willy Dixon (“It Don´t Make Sense”), la rápida y recordada por W.A.S.P. “I Don´t Need No Doctor” original de Humple Pie, la intensa “One Way Out” (Allman Brothers) y la fantástica “Summer In The City” (Lovin Sp. Full). Claro que también tienen versiones menos logradas, que no pasan de normales, como las de Jimmy Hendrix (“Manic Depresión”) o la The Who (“I Can´t See For Miles”), pero el conjunto es sobresaliente. En serio. Disfruta de la selección de rock que ofrece Styx. Te servirá también para recuperar o descubrir joyas del pasado, que sirven de inspiración en el presente. Finalmente, deciros que el line up actual de Styx está formado por Tommy Shaw (g/v), James Young (g/v), Todd Sucherman (d), Gowan (k/v) y Ricky Philips (b/v). Toda una garantía.
Jesús “Nono” García
ICON (John Wetton & Geff Downes)
(Frontiers / Mastertrax)
Todo un terremoto musical se produjo, allá por 1982, cuando Asia nació como grupo. Ya no era sólo la calidad de sus componentes, todos magníficos y conocidos músicos (Geoff Downes, John Wetton, Steve Howe y Carl Palmer), sino también ese increíble disco que lanzaron al mercado, con un sonido sobresaliente, que sorprendió y maravilló a todos. No voy a engañarte. Aquello es irrepetible, pero las raíces de aquella maravilla tienen su continuidad en el 2005, con este nuevo proyecto (del que no sabemos si tendrá o no continuidad), llamado Icon. Icon está formado por John Wetton (la voz y bajo de Asia) y Geff Downes (teclados y voz). Ambos compusieron la mayoría de los hits de Asia. Estos aromas, esa musicalidad se perciben en este nuevo trabajo. Estamos de acuerdo en que no es lo mismo, pero al menos se le parece. Basta con escuchar el tema que abre este disco, “Let Me Go”, para comprobar que quien tuvo retuvo. Es un tema magnífico, como los de Asia de la primera época. El resto del disco alterna momentos más monótonos con otros más brillantes (“Hey Josephine” es deliciosa, por ejemplo). Dentro de una línea melódica orquestal, con amplísimo protagonismo de los teclados, la voz de John Wetton se muestra llena de personalidad. También son cortes punteros “Please”, “Change Your Mind”, la intensa y melancólica “Spread Your Wings” y el armónico dueto vocal en “In the End”, la canción que cierra el disco. Sin llegar a las altísimas cotas del pasado, merece la pena este proyecto llamado Icon. Si te gustan Asia, no lo dudes.
Todo un terremoto musical se produjo, allá por 1982, cuando Asia nació como grupo. Ya no era sólo la calidad de sus componentes, todos magníficos y conocidos músicos (Geoff Downes, John Wetton, Steve Howe y Carl Palmer), sino también ese increíble disco que lanzaron al mercado, con un sonido sobresaliente, que sorprendió y maravilló a todos. No voy a engañarte. Aquello es irrepetible, pero las raíces de aquella maravilla tienen su continuidad en el 2005, con este nuevo proyecto (del que no sabemos si tendrá o no continuidad), llamado Icon. Icon está formado por John Wetton (la voz y bajo de Asia) y Geff Downes (teclados y voz). Ambos compusieron la mayoría de los hits de Asia. Estos aromas, esa musicalidad se perciben en este nuevo trabajo. Estamos de acuerdo en que no es lo mismo, pero al menos se le parece. Basta con escuchar el tema que abre este disco, “Let Me Go”, para comprobar que quien tuvo retuvo. Es un tema magnífico, como los de Asia de la primera época. El resto del disco alterna momentos más monótonos con otros más brillantes (“Hey Josephine” es deliciosa, por ejemplo). Dentro de una línea melódica orquestal, con amplísimo protagonismo de los teclados, la voz de John Wetton se muestra llena de personalidad. También son cortes punteros “Please”, “Change Your Mind”, la intensa y melancólica “Spread Your Wings” y el armónico dueto vocal en “In the End”, la canción que cierra el disco. Sin llegar a las altísimas cotas del pasado, merece la pena este proyecto llamado Icon. Si te gustan Asia, no lo dudes.
Jesús “Nono” García
LAST PROPECHY "Sin Mirar Atrás"
(Maldito Records)
Siempre es bueno comprobar que existe cantera, que llegan nuevos y jóvenes grupos a la escena del rock duro nacional. Si además aportan calidad y nuevos matices, mucho mejor. Este es el caso de Last Prophecy, una banda que arranca su devenir musical de la mano de Maldito Records con un álbum, titulado “Sin Mirar Atrás”, cargado de alicientes. Sinceramente, no se trata de comparar con otras formaciones, de ver a quién o a quiénes se parecen (¿Quién no tiene influencias?), sino de disfrutar de un disco nuevo, que empieza a ser original desde su misma portada. Last Prophecy está formado por Juanmi (guitarras), Aitor Ortiz (voz y guitarras, bajo) y Asier Lantz (batería). Ponen en práctica un heavy metal fresco que es de agradecer, en este mundo manido (y a veces monótono) del heavy metal. De momento, la producción es notable, porque han sabido rodearse de buenos profesionales. Los hermanos San Martín (ex Sátira) y sus estudios Sonido XXI en Navarra tienen mucha culpa de ello (allí han grabado, entre otros, Koma, Tierra Santa o Amset, por ejemplo). Por temas, me quedo con “Cuando Caiga el Sol” (demoledor riff de guitarra, fácil y pegadizo estribillo); el single y video clip del trabajo, titulado "El Odio Rival" (se inicia lenta, con dueto vocal incluido, para romper con un cambio de ritmo brutal y continuar poderosa) y "Lanzas de Alambre", que suena contundente y comprometida. Los arreglos están cuidados y las letras se salen de la rutina. Quizás "Miserere" prometiera más. Es el corte que cierra el disco (se queda corta, por duración e intensidad, y eso que empieza fenomenal, dueto a capella incluido). Con todo, notable debut para Last Prophecy. Como siempre, les deseamos lo mejor. De momento, han conseguido arrancar discográficamente, y si les prestas atención, comprobarás que pretenden una apuesta original, o al menos diferente. Bienvenidos.
Siempre es bueno comprobar que existe cantera, que llegan nuevos y jóvenes grupos a la escena del rock duro nacional. Si además aportan calidad y nuevos matices, mucho mejor. Este es el caso de Last Prophecy, una banda que arranca su devenir musical de la mano de Maldito Records con un álbum, titulado “Sin Mirar Atrás”, cargado de alicientes. Sinceramente, no se trata de comparar con otras formaciones, de ver a quién o a quiénes se parecen (¿Quién no tiene influencias?), sino de disfrutar de un disco nuevo, que empieza a ser original desde su misma portada. Last Prophecy está formado por Juanmi (guitarras), Aitor Ortiz (voz y guitarras, bajo) y Asier Lantz (batería). Ponen en práctica un heavy metal fresco que es de agradecer, en este mundo manido (y a veces monótono) del heavy metal. De momento, la producción es notable, porque han sabido rodearse de buenos profesionales. Los hermanos San Martín (ex Sátira) y sus estudios Sonido XXI en Navarra tienen mucha culpa de ello (allí han grabado, entre otros, Koma, Tierra Santa o Amset, por ejemplo). Por temas, me quedo con “Cuando Caiga el Sol” (demoledor riff de guitarra, fácil y pegadizo estribillo); el single y video clip del trabajo, titulado "El Odio Rival" (se inicia lenta, con dueto vocal incluido, para romper con un cambio de ritmo brutal y continuar poderosa) y "Lanzas de Alambre", que suena contundente y comprometida. Los arreglos están cuidados y las letras se salen de la rutina. Quizás "Miserere" prometiera más. Es el corte que cierra el disco (se queda corta, por duración e intensidad, y eso que empieza fenomenal, dueto a capella incluido). Con todo, notable debut para Last Prophecy. Como siempre, les deseamos lo mejor. De momento, han conseguido arrancar discográficamente, y si les prestas atención, comprobarás que pretenden una apuesta original, o al menos diferente. Bienvenidos.
Jesús “Nono” García
MOLLY HATCHET "Warriors of the Rainbow Bridge"
(SPV / Mastertrax)
Podríamos hablar de dos etapas bastante diferentes en la historia de este grupo legendario llamado Molly Hatchet. La primera, desde su fundación (allá por 1978) hasta 1984, sin Bobby Ingram, donde practicaban rock sureño clásico, al más puro estilo Lynyrd Skynyrd. La segunda, desde 1996 (fecha de publicación del “Devil´s Canyon”) hasta hoy, ya con Bobby Ingram como líder y alma del grupo, donde endurecen su sonido, mucho más potente y guitarrero (hasta tres guitarristas, tanto en estudio como en directo). Quizás por eso ahora en Alemania son muy respetados, hasta el punto de vender mucho por allí y de tocar hasta quince conciertos en su gira de presentación de su último trabajo: “Warriors of the Rainbow Bridge”. Musicalmente, este disco es bastante similar a sus dos últimas entregas: “Kingdom of XII” (magnífico) y “Locked and Loaded”. Todo gira en torno a Bobby Ingram (los melódicos le recordareis por su legado en China Sky), que compone, toca la guitarra y canta en la mayoría de las canciones. Su inseparable John Galvin al piano y voz, además del retorno del añorado Dave Hlubek (guitarras) y Phil McCormack a la voz ponen el resto. Como siempre, no defraudan a sus seguidores. Temas llenos de buen south rock como “Son of the South”, la pegadiza “I´m Ready For You”, la guitarrera “Flames Are Burning” (se inicia a medio tiempo y acaba con un solo demoledor a tres guitarras) y para mí la mejor del disco, “Hell Has No Fury”, todo un boggie rock lleno de piano, guitarras y feelin´. Maravillosos coros femeninos arropan todas las composiciones. Una muesca más en la pistola de Molly Hatchet. Sólo una pregunta: ¿Cuándo vendrán a pegar tiros por España?
Podríamos hablar de dos etapas bastante diferentes en la historia de este grupo legendario llamado Molly Hatchet. La primera, desde su fundación (allá por 1978) hasta 1984, sin Bobby Ingram, donde practicaban rock sureño clásico, al más puro estilo Lynyrd Skynyrd. La segunda, desde 1996 (fecha de publicación del “Devil´s Canyon”) hasta hoy, ya con Bobby Ingram como líder y alma del grupo, donde endurecen su sonido, mucho más potente y guitarrero (hasta tres guitarristas, tanto en estudio como en directo). Quizás por eso ahora en Alemania son muy respetados, hasta el punto de vender mucho por allí y de tocar hasta quince conciertos en su gira de presentación de su último trabajo: “Warriors of the Rainbow Bridge”. Musicalmente, este disco es bastante similar a sus dos últimas entregas: “Kingdom of XII” (magnífico) y “Locked and Loaded”. Todo gira en torno a Bobby Ingram (los melódicos le recordareis por su legado en China Sky), que compone, toca la guitarra y canta en la mayoría de las canciones. Su inseparable John Galvin al piano y voz, además del retorno del añorado Dave Hlubek (guitarras) y Phil McCormack a la voz ponen el resto. Como siempre, no defraudan a sus seguidores. Temas llenos de buen south rock como “Son of the South”, la pegadiza “I´m Ready For You”, la guitarrera “Flames Are Burning” (se inicia a medio tiempo y acaba con un solo demoledor a tres guitarras) y para mí la mejor del disco, “Hell Has No Fury”, todo un boggie rock lleno de piano, guitarras y feelin´. Maravillosos coros femeninos arropan todas las composiciones. Una muesca más en la pistola de Molly Hatchet. Sólo una pregunta: ¿Cuándo vendrán a pegar tiros por España?
Jesús “Nono” García
JAKE E. LEE "Retraced"
(Mascot / Mastertrax)
Todos recordaréis la fiebre de discos-tributo que sufrimos hace ya unos años, los cuales resultaban el comodín ideal para cualquier músico ávido de ingresarse un dinerillo en la cuenta del banco. Hoy en día ese formato resulta altamente obsoleto, por lo que la nueva tendencia parece ser la de confeccionar álbumes en los que un artista de cierto renombre, recrea con mayor o menor acierto canciones que en su momento le influenciaron y dejaron poso. Guitarristas de la talla de George Lynch, o cantantes del pelaje (jeje) de Kevin DuBrow, lanzaron hace bien poquito sendos trabajos en los que rendían su particular tributo a musicazos como Jimi Hendrix o Marc Bolan. Y el turno parece llegarle ahora a Jake E. Lee, un guitarrista fundamental para poder entender el Hard Rock de los años 80. Hagamos un breve resumen: tras su paso por distintas bandas como Ratt o Rough Cutt, es reclutado por Ozzy Osbourne en el año 1983 con el cual graba dos geniales álbumes. Pero abandona el barco en 1987 para formar un nuevo proyecto llamado Badlands, con los que lanza una serie de buenos trabajos a principio de los 90. Llega entonces la caída en picado del bueno de Jake, que se dedica durante la década pasada a colaborar con distintos artistas (Ann Wilson, Rob Rock, Mandy Lion) y grabar sin piedad para numerosos discos-tributo. Pero como os decía, Jake parece haber vuelto al redil con un CD que si bien parece más un capricho personal que un compromiso discográfico, nos devuelve la magia de este sensacional músico. Plagado de bandas setenteras y guitarristas añejos, este "Retraced" te trae los aromas de una música densa y oscura, pero sin embargo maravillosa. Savoy Brown, James Gang, Trapeze, etc. y guitarristas de la categoría de Robin Trower o Johnny Winter, encuentran aquí su hueco para que Jake E. Lee les homenajee con unas versiones realmente potentes de clásicos como “Rock Candy” (Montrose), “I’ll Be Creepin” (Free) o la sensacional “Evil” (Cactus). Por si esto fuera poco, le acompaña una formación de verdadero ensueño, y si no fijaos: Aynsley Dumbar a la batería, Chris Logan a la voz, y Tim Bogert al bajo. Ahí es nada, eh? Ojalá esta sea la ocasión para que Jake E. Lee empiece a recuperar el tiempo perdido, y le coja de nuevo el gustillo a esto de hacer buena música, de la cual parece haber estado desligado durante bastante tiempo. Muy recomendado.
Todos recordaréis la fiebre de discos-tributo que sufrimos hace ya unos años, los cuales resultaban el comodín ideal para cualquier músico ávido de ingresarse un dinerillo en la cuenta del banco. Hoy en día ese formato resulta altamente obsoleto, por lo que la nueva tendencia parece ser la de confeccionar álbumes en los que un artista de cierto renombre, recrea con mayor o menor acierto canciones que en su momento le influenciaron y dejaron poso. Guitarristas de la talla de George Lynch, o cantantes del pelaje (jeje) de Kevin DuBrow, lanzaron hace bien poquito sendos trabajos en los que rendían su particular tributo a musicazos como Jimi Hendrix o Marc Bolan. Y el turno parece llegarle ahora a Jake E. Lee, un guitarrista fundamental para poder entender el Hard Rock de los años 80. Hagamos un breve resumen: tras su paso por distintas bandas como Ratt o Rough Cutt, es reclutado por Ozzy Osbourne en el año 1983 con el cual graba dos geniales álbumes. Pero abandona el barco en 1987 para formar un nuevo proyecto llamado Badlands, con los que lanza una serie de buenos trabajos a principio de los 90. Llega entonces la caída en picado del bueno de Jake, que se dedica durante la década pasada a colaborar con distintos artistas (Ann Wilson, Rob Rock, Mandy Lion) y grabar sin piedad para numerosos discos-tributo. Pero como os decía, Jake parece haber vuelto al redil con un CD que si bien parece más un capricho personal que un compromiso discográfico, nos devuelve la magia de este sensacional músico. Plagado de bandas setenteras y guitarristas añejos, este "Retraced" te trae los aromas de una música densa y oscura, pero sin embargo maravillosa. Savoy Brown, James Gang, Trapeze, etc. y guitarristas de la categoría de Robin Trower o Johnny Winter, encuentran aquí su hueco para que Jake E. Lee les homenajee con unas versiones realmente potentes de clásicos como “Rock Candy” (Montrose), “I’ll Be Creepin” (Free) o la sensacional “Evil” (Cactus). Por si esto fuera poco, le acompaña una formación de verdadero ensueño, y si no fijaos: Aynsley Dumbar a la batería, Chris Logan a la voz, y Tim Bogert al bajo. Ahí es nada, eh? Ojalá esta sea la ocasión para que Jake E. Lee empiece a recuperar el tiempo perdido, y le coja de nuevo el gustillo a esto de hacer buena música, de la cual parece haber estado desligado durante bastante tiempo. Muy recomendado.
Rafa Carrillo
BAD WAY "From Zero To Hero"
(Roc.K)
Del debut discográfico de estos catalanes de nuevo cuño se podrán decir muchas cosas, pero no que no son originales. Aparecer con un disco fresco, lleno de guitarrazos sucios y agresivos que se clavan en el oído del oyente, con una actitud garajera y macarra, cantando en inglés y desde una zona del país en la que por desgracia no abundan las formaciones próximas al hard rock, les concede al menos el beneficio de la duda. En lo meramente musical este disco no se convertirá en el favorito de los más sivaritas coleccionistas de solos interminables, pero si puede hacer pasar un buen rato a los seguidores del punk rock màs cercano al hard de bandas desde Green Day o Backyard Babies, hasta unos primerizos Motley Crüe o a los Guns n’ Roses más sucios, sin olvidarnos por supuesto de los Ramones. La voz de Marc Vanway, alma matter además de guitarrista del grupo, es bastante personal, tiene la virtud de no recordar a nadie conocido y la desgarra con fiereza a lo largo del redondo sin pararse en grandes exhibiciones técnicas, al igual que el resto de la banda. En cuanto a los temas, destacar por encima del resto, el primer single “Cocaine” (nada que ver con la de Eric Clapton) que llega bastante bien y es de las más melódicas dentro del macarreo (bien entendido) que colma todo el disco; “Rock N’ Roll Is Dead” (nada que ver con la de Lenny Kravitz) y que tiene un ramalazo bastante Slash en las guitarras; “Victims” que tiene el riff clavado al del “Celebrety Skin” de Hole y que tiene pinta de segundo single; y “Summer Song” que afortunadamente no tiene nada que ver con Georgie Dann y por desgracia no se convertirá en la canción del verano. El resto entre preludios, baciles y cortas piezas de apenas un minuto discurre entretenida y rápidamente, con más o menos fortuna y acierto hasta el cierre con la desgarrada balada “Goodbye”. Un disco correcto tratándose de un debut, sobre todo por lo que aporta de originalidad y frescura, pero que deberá superarse a nivel de calidad en próximas entregas, el primer paso está dado.
Del debut discográfico de estos catalanes de nuevo cuño se podrán decir muchas cosas, pero no que no son originales. Aparecer con un disco fresco, lleno de guitarrazos sucios y agresivos que se clavan en el oído del oyente, con una actitud garajera y macarra, cantando en inglés y desde una zona del país en la que por desgracia no abundan las formaciones próximas al hard rock, les concede al menos el beneficio de la duda. En lo meramente musical este disco no se convertirá en el favorito de los más sivaritas coleccionistas de solos interminables, pero si puede hacer pasar un buen rato a los seguidores del punk rock màs cercano al hard de bandas desde Green Day o Backyard Babies, hasta unos primerizos Motley Crüe o a los Guns n’ Roses más sucios, sin olvidarnos por supuesto de los Ramones. La voz de Marc Vanway, alma matter además de guitarrista del grupo, es bastante personal, tiene la virtud de no recordar a nadie conocido y la desgarra con fiereza a lo largo del redondo sin pararse en grandes exhibiciones técnicas, al igual que el resto de la banda. En cuanto a los temas, destacar por encima del resto, el primer single “Cocaine” (nada que ver con la de Eric Clapton) que llega bastante bien y es de las más melódicas dentro del macarreo (bien entendido) que colma todo el disco; “Rock N’ Roll Is Dead” (nada que ver con la de Lenny Kravitz) y que tiene un ramalazo bastante Slash en las guitarras; “Victims” que tiene el riff clavado al del “Celebrety Skin” de Hole y que tiene pinta de segundo single; y “Summer Song” que afortunadamente no tiene nada que ver con Georgie Dann y por desgracia no se convertirá en la canción del verano. El resto entre preludios, baciles y cortas piezas de apenas un minuto discurre entretenida y rápidamente, con más o menos fortuna y acierto hasta el cierre con la desgarrada balada “Goodbye”. Un disco correcto tratándose de un debut, sobre todo por lo que aporta de originalidad y frescura, pero que deberá superarse a nivel de calidad en próximas entregas, el primer paso está dado.
Mariano Palomo
TALISMAN "Five Men Live"
(Frontiers / Mastertrax)
Si los años 70 fueron los años del vinilo, los 80 del cassette y los 90 del CD, hoy en día podemos decir sin temor a equivocarnos que vivimos en la era del DVD. Lo cual es debido al abaratamiento de la tecnología existente y a la cultura del ocio en la que nos hallamos inmersos. ¿Que a cuento de qué viene esta disertación socio-económico-cultural? Muy sencillo. Hace 20 años tenía cierto sentido que los grupos editasen el disco en directo por un lado (LP/K7), y la cinta VHS/Beta por otro (véase los casos de "Life After Death", "Priest Live!" o "World Wide Live"). Así, cuando no disfrutabas de la música en el doble-pletina de tu cuarto, aprovechabas cualquier oportunidad para visionar unos potentes clips o algún glorioso concierto en el comedor de casa. Hace bien poquito, Talisman lanzaban al mercado el buenísimo doble DVD "The World’ s Best Kept Secret". Pero no contentos con eso, el grupo ha decidido lanzar también en audio los mismos conciertos contenidos en el primer DVD (Sweden Rock Festival y Mondo Club, ambos de 2003). Eso sí, con el agravante de incluir 2 bonus no incluidos en dicho duvedé, como son las versiones de “Crazy” (original de Seal) y “I Don’t Know” (ídem de Ozzy). Y ahora yo me pregunto, ¿quién comprará estos CDs, pudiéndote pillar el DVD al mismo precio?, ¿los fans de la banda?, ¿los más despistados? Desde luego, bastante saturado está el mercado en estos días como para fijarse en algo así. Por tanto, mi consejo es rotundo: si sólo dispones de 20€, cómprate el susodicho DVD y olvídate de este sacapelas llamado "Five Men Live". He dicho.
Si los años 70 fueron los años del vinilo, los 80 del cassette y los 90 del CD, hoy en día podemos decir sin temor a equivocarnos que vivimos en la era del DVD. Lo cual es debido al abaratamiento de la tecnología existente y a la cultura del ocio en la que nos hallamos inmersos. ¿Que a cuento de qué viene esta disertación socio-económico-cultural? Muy sencillo. Hace 20 años tenía cierto sentido que los grupos editasen el disco en directo por un lado (LP/K7), y la cinta VHS/Beta por otro (véase los casos de "Life After Death", "Priest Live!" o "World Wide Live"). Así, cuando no disfrutabas de la música en el doble-pletina de tu cuarto, aprovechabas cualquier oportunidad para visionar unos potentes clips o algún glorioso concierto en el comedor de casa. Hace bien poquito, Talisman lanzaban al mercado el buenísimo doble DVD "The World’ s Best Kept Secret". Pero no contentos con eso, el grupo ha decidido lanzar también en audio los mismos conciertos contenidos en el primer DVD (Sweden Rock Festival y Mondo Club, ambos de 2003). Eso sí, con el agravante de incluir 2 bonus no incluidos en dicho duvedé, como son las versiones de “Crazy” (original de Seal) y “I Don’t Know” (ídem de Ozzy). Y ahora yo me pregunto, ¿quién comprará estos CDs, pudiéndote pillar el DVD al mismo precio?, ¿los fans de la banda?, ¿los más despistados? Desde luego, bastante saturado está el mercado en estos días como para fijarse en algo así. Por tanto, mi consejo es rotundo: si sólo dispones de 20€, cómprate el susodicho DVD y olvídate de este sacapelas llamado "Five Men Live". He dicho.
Rafa Carrillo
SPHINX "Paraiso en la Eternidad"
(Noche Maldita Records)
Tercera entrega de los gaditanos Sphinx. Una de las bandas más prometedoras del país que muestra su evolución disco tras disco. En este “Paraiso en la Eternidad” han querido coger completamente las riendas del proyecto, haciendose cargo absolutamente de todos los detalles, desde la producción, hasta la publicación bajo su propio y recién creado sello Noche Maldita, dejando únicamente la masterización en manos de Juanan Sanmartín en sus estudios navarros. Y el resultado es ciertamente interesante, un sonido rotundo y de calidad y unas composiciones más personales, aun recordando inevitablemente a sus adorados Maiden, pero con unos matices como los de los teclados que le alejan de la sombra de la doncella y recuerdan en cierta medida a los cordobeses Medina Azahara más heavies, escuchar si no el tema que abre el disco “No”. Si hay algo que resalte por encima del resto es la voz de Manuel Rodríguez, que también se encarga de los teclados, un diamante en bruto lleno de personalidad y potencia y que hay que empezar a tener en cuenta desde ya mismo. Sus compañeros en la banda cumplen perfectamente su labor, con eficacia y brillantez por momentos a cargo sobre todo de los guitarristas Justi Bala y Santi Suárez. Y admirando tanto a Maiden no podía pasar desapercibida la presencia de la base rítmica formada en este caso por Pepe Pineda al bajo y Carlos Delgado a la batería. Las letras tratan de aspectos más oscuros de nuestra vida cotidiana, como en la mencionada “No”, la impactante “A Dos Minutos de la Muerte” o en “A Las Puertas del Infierno” otra de las destacadas, junto a “Héroes de un Sueño” con unos bonitos juegos de guitarras y teclados. “Esclavo De Tu Maldición” es la más Maiden del disco, pero muy lograda. Ganan en contundencia con “Paraiso En La Eternidad” una extensa pieza de buena factura. “Aguilas de Cuero” es homenaje a todos los chicos que se dejan el pellejo por el heavy, algo que siempre es de agradecer aunque el tema no sea de los más brillantes, al igual que “Ultimo Adios” que destaca algo más por los teclados. El final viene de la mano de dos buenos cortes “Tiempos Del Olvido” y la estremecedora, poderosa y para nada ñoña balada “Respóndeme” dedicada a las víctimas de los atentados del 11-M y en la que colabora de forma brillante la violinista de Saurom Lamderth Sophia Quarenghi, y en la que incluyen un guiño a “Stairway To Heaven” de Led Zeppelin. Sphinx siguen su progresión imparable y parecen estar dispuestos a no dejar nada al azar, esperemos que sigan creciendo.
Tercera entrega de los gaditanos Sphinx. Una de las bandas más prometedoras del país que muestra su evolución disco tras disco. En este “Paraiso en la Eternidad” han querido coger completamente las riendas del proyecto, haciendose cargo absolutamente de todos los detalles, desde la producción, hasta la publicación bajo su propio y recién creado sello Noche Maldita, dejando únicamente la masterización en manos de Juanan Sanmartín en sus estudios navarros. Y el resultado es ciertamente interesante, un sonido rotundo y de calidad y unas composiciones más personales, aun recordando inevitablemente a sus adorados Maiden, pero con unos matices como los de los teclados que le alejan de la sombra de la doncella y recuerdan en cierta medida a los cordobeses Medina Azahara más heavies, escuchar si no el tema que abre el disco “No”. Si hay algo que resalte por encima del resto es la voz de Manuel Rodríguez, que también se encarga de los teclados, un diamante en bruto lleno de personalidad y potencia y que hay que empezar a tener en cuenta desde ya mismo. Sus compañeros en la banda cumplen perfectamente su labor, con eficacia y brillantez por momentos a cargo sobre todo de los guitarristas Justi Bala y Santi Suárez. Y admirando tanto a Maiden no podía pasar desapercibida la presencia de la base rítmica formada en este caso por Pepe Pineda al bajo y Carlos Delgado a la batería. Las letras tratan de aspectos más oscuros de nuestra vida cotidiana, como en la mencionada “No”, la impactante “A Dos Minutos de la Muerte” o en “A Las Puertas del Infierno” otra de las destacadas, junto a “Héroes de un Sueño” con unos bonitos juegos de guitarras y teclados. “Esclavo De Tu Maldición” es la más Maiden del disco, pero muy lograda. Ganan en contundencia con “Paraiso En La Eternidad” una extensa pieza de buena factura. “Aguilas de Cuero” es homenaje a todos los chicos que se dejan el pellejo por el heavy, algo que siempre es de agradecer aunque el tema no sea de los más brillantes, al igual que “Ultimo Adios” que destaca algo más por los teclados. El final viene de la mano de dos buenos cortes “Tiempos Del Olvido” y la estremecedora, poderosa y para nada ñoña balada “Respóndeme” dedicada a las víctimas de los atentados del 11-M y en la que colabora de forma brillante la violinista de Saurom Lamderth Sophia Quarenghi, y en la que incluyen un guiño a “Stairway To Heaven” de Led Zeppelin. Sphinx siguen su progresión imparable y parecen estar dispuestos a no dejar nada al azar, esperemos que sigan creciendo.
Mariano Palomo
THUDERSTONE "Tools of Destruction"
(Nuclear Blast / Mastertrax)
Bastante curiosidad tenía por escuchar este tercer trabajo de los fineses Thunderstone, más aun tras recomendarnoslo sus compatriotas Sonata Arctica. Y sí, me ha sorprendido gratamente, consiguiendo apartarse bastante del estigma Stratovarius que les perseguía en su dos anteriores discos. Aun quedan algunos retazos que recuerdan a la banda de Tolkki (“Without Wings”, “The Last Song”), pero el paso adelante que han dado Thunderstone en esta ocasión ha sido muy importante. Canciones más directas, siempre dentro del heavy metal melódico, adornado con algunas concesiones al hard rock más comercial en temas que pasan por ser singles clarísimos como la buenisima “I Will Come Again” o “Weight Of The World”. “Tool Of The Devil” abre el trabajo de forma contundente, en la misma línea de “Liquid Of The Kings” con un sonido más moderno de guitarras, pero con una voz a tener en cuenta como la de Pasi Rantanen,personal y poderosa. Un poco más experimentales son composiciones como “Welcome to Real” con cierto aire Masterplan, al igual que “Feed The Fire” que es otra de las destacadas. En la balada “Another Time” muestran su faceta más relajada, con buena calidad aunque quizá se echa en falta algo de chispa. Algo que sí consiguen en la extensa de más de ocho minutos “Land Of Innocence” que pone punto final al redondo en un tema con buenos cambios de ritmo, empezando relajado y creciendo en su desarrollo, rozando el rock progresivo, un poco a lo Savatage, con buenos teclados y grandes coros. Un interesante compendio de temas que pueden consguir poner a Thunderstone en la primera línea del metal europeo.
Bastante curiosidad tenía por escuchar este tercer trabajo de los fineses Thunderstone, más aun tras recomendarnoslo sus compatriotas Sonata Arctica. Y sí, me ha sorprendido gratamente, consiguiendo apartarse bastante del estigma Stratovarius que les perseguía en su dos anteriores discos. Aun quedan algunos retazos que recuerdan a la banda de Tolkki (“Without Wings”, “The Last Song”), pero el paso adelante que han dado Thunderstone en esta ocasión ha sido muy importante. Canciones más directas, siempre dentro del heavy metal melódico, adornado con algunas concesiones al hard rock más comercial en temas que pasan por ser singles clarísimos como la buenisima “I Will Come Again” o “Weight Of The World”. “Tool Of The Devil” abre el trabajo de forma contundente, en la misma línea de “Liquid Of The Kings” con un sonido más moderno de guitarras, pero con una voz a tener en cuenta como la de Pasi Rantanen,personal y poderosa. Un poco más experimentales son composiciones como “Welcome to Real” con cierto aire Masterplan, al igual que “Feed The Fire” que es otra de las destacadas. En la balada “Another Time” muestran su faceta más relajada, con buena calidad aunque quizá se echa en falta algo de chispa. Algo que sí consiguen en la extensa de más de ocho minutos “Land Of Innocence” que pone punto final al redondo en un tema con buenos cambios de ritmo, empezando relajado y creciendo en su desarrollo, rozando el rock progresivo, un poco a lo Savatage, con buenos teclados y grandes coros. Un interesante compendio de temas que pueden consguir poner a Thunderstone en la primera línea del metal europeo.
Mariano Palomo
BRAINSTORM "Liquid Monster"
(Metal Blade)
Importante salto de calidad el que han dado Andy B. Franck y sus chicos con este nuevo trabajo de Brainstrom. Un completísimo disco de heavy metal actual, en el que además del buen sonido y producción que siempre han distinguido a todos sus trabajos de la mano del habitual Achim Köhler, en este han conseguido atraer mucho más mi atención por la calidad y accesibilidad de sus temas, algo de lo que adolecían en anteriores entregas. Temas de buen heavy metal, con una vuelta más de melodía y con un buenísimo trabajo tanto de sus instrmentistas, como de la voz del propio Andy que muestra su mejor nivel hasta la fecha, potente y límpio, olvidandose de experimentos que solía incluir anteriormente, en forma de voces casi guturales que aquí han desaparecido. Además las canciones trasmiten por sí solas una intensidad y una melodía difíciles de lograr. Desde la inicial “Worlds Are Comin’ Throuhg”, pasando por “Inside The Monster” o la magnñifica y más melódcia “All Those Words” uno tiene ganas de escuchar la siguiente a ver si es capaz de superar lo expuesto hasta el momento, y ciertamente lo consiguen y no bajan el pistón en ningún momento. “Lifeline”, “Mask Of Life” o “Burns My Soul” son buenos ejercicios de intensidad, melodía y estribillos pegadizos que dificilmente puedes quitarte de la cabeza. Algo más pesadas son “Even Higher”, “Painside” o “Invisible Enemy”. Dejan un hueco para la ternura con “Heavenly” una buena balada llena de sonidos acústicos que sirve de contrapunto al resto del trabajo. El trabajo de guitarras a cargo de Torsten “Todde” Ihlenfeld y de Milan “Mille” Loncaric es realmente brillante, sin necesidad de hacer solos interminables y con una gran complicidad y sincronía. La base de Andreas Mailänder (bajo), Dieter Bernert (batería) sigue igual de rotunda, pero sin saturar ni comerse a los demás como les ocurría en ocasiones anteriores. Un solo pero a esta gran entrega, que no hayan incluido la fantástica versión del “Before de Dawn” de Judas Priest que insertan en su single de adelanto. Por lo demás un señor discazo, sin duda el mejor de los seis publicados por el grupo, esperemos que sigan por este camino.
Importante salto de calidad el que han dado Andy B. Franck y sus chicos con este nuevo trabajo de Brainstrom. Un completísimo disco de heavy metal actual, en el que además del buen sonido y producción que siempre han distinguido a todos sus trabajos de la mano del habitual Achim Köhler, en este han conseguido atraer mucho más mi atención por la calidad y accesibilidad de sus temas, algo de lo que adolecían en anteriores entregas. Temas de buen heavy metal, con una vuelta más de melodía y con un buenísimo trabajo tanto de sus instrmentistas, como de la voz del propio Andy que muestra su mejor nivel hasta la fecha, potente y límpio, olvidandose de experimentos que solía incluir anteriormente, en forma de voces casi guturales que aquí han desaparecido. Además las canciones trasmiten por sí solas una intensidad y una melodía difíciles de lograr. Desde la inicial “Worlds Are Comin’ Throuhg”, pasando por “Inside The Monster” o la magnñifica y más melódcia “All Those Words” uno tiene ganas de escuchar la siguiente a ver si es capaz de superar lo expuesto hasta el momento, y ciertamente lo consiguen y no bajan el pistón en ningún momento. “Lifeline”, “Mask Of Life” o “Burns My Soul” son buenos ejercicios de intensidad, melodía y estribillos pegadizos que dificilmente puedes quitarte de la cabeza. Algo más pesadas son “Even Higher”, “Painside” o “Invisible Enemy”. Dejan un hueco para la ternura con “Heavenly” una buena balada llena de sonidos acústicos que sirve de contrapunto al resto del trabajo. El trabajo de guitarras a cargo de Torsten “Todde” Ihlenfeld y de Milan “Mille” Loncaric es realmente brillante, sin necesidad de hacer solos interminables y con una gran complicidad y sincronía. La base de Andreas Mailänder (bajo), Dieter Bernert (batería) sigue igual de rotunda, pero sin saturar ni comerse a los demás como les ocurría en ocasiones anteriores. Un solo pero a esta gran entrega, que no hayan incluido la fantástica versión del “Before de Dawn” de Judas Priest que insertan en su single de adelanto. Por lo demás un señor discazo, sin duda el mejor de los seis publicados por el grupo, esperemos que sigan por este camino.
Mariano Palomo
TWYSTER "Xplode"
(Massacre Records)
Primer tabajo que cae en nuestras manos de esta formación germana de hard & heavy con voz femenina al frente. “Xplode” es su título, y en ella podemos encontrar una buena colección de temas de hard rock agresivo, rozando el heavy metal más melódico y clásico, sin demasiados adornos no florituras, pero sí con buenos estribillos, con la interesante voz de su vocalista Coco que por momentos puede recordar a la Lee Aaron más heavy, y con una producción y sonido que sin ser estratosférica si que es bastante correcta. No hay grandes solos de guitarra, ni bases machaconas, es un disco bastante básico en cuanto a su concepción, pero tiene un cierto encanto en los temas. Los que más me han llamado la atención han sido “Side By Side” y “Push Me Down” con un estribillo muy pegadizo y bastante melódico. Similares aunque inferiores “Under the Elms” y “Don’t Say a Word”, en esta meten algún efecto raro a las voces que la estropean un poco. Mientras, la inicial “The Fury” o “The Storm Is Back” tiran más al metal más cañero, y más oscurillos se ponen en “Sinister Grin” y algo más power metaleros con el tema título y con “Never Die” en el que se deja notar el doble bombo. Completan el álbum con “Icon Of Steel” y “Sweet Nail” que cubren el bien expediente, sobre todo esta última y con una correcta balada como “Follow The Storm” donde el piano toma papel protagonista junto a la voz de Coco. Un correcto disco sin excesivas pretensiones.
Primer tabajo que cae en nuestras manos de esta formación germana de hard & heavy con voz femenina al frente. “Xplode” es su título, y en ella podemos encontrar una buena colección de temas de hard rock agresivo, rozando el heavy metal más melódico y clásico, sin demasiados adornos no florituras, pero sí con buenos estribillos, con la interesante voz de su vocalista Coco que por momentos puede recordar a la Lee Aaron más heavy, y con una producción y sonido que sin ser estratosférica si que es bastante correcta. No hay grandes solos de guitarra, ni bases machaconas, es un disco bastante básico en cuanto a su concepción, pero tiene un cierto encanto en los temas. Los que más me han llamado la atención han sido “Side By Side” y “Push Me Down” con un estribillo muy pegadizo y bastante melódico. Similares aunque inferiores “Under the Elms” y “Don’t Say a Word”, en esta meten algún efecto raro a las voces que la estropean un poco. Mientras, la inicial “The Fury” o “The Storm Is Back” tiran más al metal más cañero, y más oscurillos se ponen en “Sinister Grin” y algo más power metaleros con el tema título y con “Never Die” en el que se deja notar el doble bombo. Completan el álbum con “Icon Of Steel” y “Sweet Nail” que cubren el bien expediente, sobre todo esta última y con una correcta balada como “Follow The Storm” donde el piano toma papel protagonista junto a la voz de Coco. Un correcto disco sin excesivas pretensiones.
Mariano Palomo
LEYENDA "Quintaesencia"
(Pies)
¡Por fin! Nuestros lectores más veteranos recordarán que desde el primer momento siempre creímos que no iban a quedarse en un grupo maquetero más. El contrato discográfico era sólo cuestión de tiempo. Me siento tentado a comparar las diferencias entre cada corte y su versión original en demo, pero precisamente tengo que hacer todo lo contrario, explicar cómo son a quienes no les conocen. Por suerte, para eso cuento con la inestimable ayuda de Manolo Arias, su productor. En la breve entrevista que apareció en nuestro número anterior, nos decía que hacían heavy clásico de los 80. Con fuerte sabor a Maiden, me atrevería a añadir. La inspiración de sus guitarreos galopantes es más que evidente. Con esta descripción, y cantando en español, habrá quien piense en los Tierra Santa de la primera época. La voz de su vocalista Antonio tiene cierta similitud, porque no es el típico agudo taladrante tan de moda, y a la vez se le entienden bien las letras. Pero la ausencia de teclados, que los Leyenda sólo usan excepcionalmente, les da un sonido con personalidad propia con respecto al de los riojanos. Ya que hablo de las letras, creo que se pueden clasificar en dos tipos. Las que, sin más complicaciones, tratan de ficción y fantasía como "El Último Alado"o "Más Allá del Fin". Y las que aluden a vivencias y asuntos reales, como la buenísima balada "Y Verás", o la propia "Quintaesencia", dedicada a la memoria de su fallecido batería Enrique Agustín Úbeda Romero. Seis de los once temas son regrabaciones que ya aparecieron en maqueta, las inéditas son "Cazador", "El Sueño del Infierno", "Talento Oculto", "Quintaesencia" y "Muerte o Salvación". La anécdota curiosa la encontramos en los créditos, pues "Más Allá del Fin", otra de mis favoritas, viene con el título cambiado. Con unos estribillos bastante buenos en general, en mi opinión quizá lo único mejorable son los coros, en alguna canción se podrían haber trabajado más. Pero por lo demás, ya quisieran muchos haber comenzado su andadura discográfica de una forma tan digna. Esto promete, y mucho.
Nacho Jordán
JOHN SYKES "Bad Boy Live!"
(Victor Entertainment)
El ser artista, músico o grupo de culto en Japón es una peligrosa arma de doble filo. Por un lado, cuentas con una base de incondicionales fieles que apoyarán cualquiera de tus trabajos, aunque éstos sean bodrios infumables, lo que te permitirá seguir vendiendo un cierto número de discos al año y hacer unas cuantas galas con las que ir sacando para tus vicios. Pero por otro lado, la repercusión de tu música se restringe hasta tal punto que dependes exclusivamente de los nipones para subsistir. Este podría ser el caso del guitarrista John Sykes, aunque él cuenta con la fortuna de poder seguir exprimiendo mundialmente el legado de Thin Lizzy (algo parecido a lo que está haciendo Brian May con Queen). A lo que iba. En abril del año, Sykes se embarcó en un reducido tour por tierras japonesas con una formación de auténtico lujo: Tommy Aldridge a la batería, Marco Mendoza al bajo y el teatrero Derek Sherinian a las teclas. Con un público rendido a sus pies y un repertorio de infarto, el susodicho ha aprovechado para lanzar únicamente para el mercado del sol naciente este CD que recoge 11 cortes extraídos de las actuaciones correspondientes a Tokio, Nagoya y Osaka. La producción resulta excelente y la banda suena muy compacta, pero por desgracia el disco repite hasta 5 temas de "Screaming Blue Murder" (su anterior trabajo en directo, aunque aquella vez firmado como Blue Murder), y la duración del mismo no supera los 56 mins. Aún no me queda claro porqué Sykes se resiste tanto a editar un doble en directo en condiciones, sabiendo como sabe que vendería muy bien y que podría ser un broche de oro perfecto a su carrera en solitario, para luego poder dedicarse a seguir aprovechándose del sagrado nombre de Thin Lizzy. Pero vamos con las canciones incluidas, que en estos casos resulta lo verdaderamente importante. Tras un potente arranque con "Bad Boys" y "We All Fall Down", Sykes tiene un breve recuerdo para su mentor Phil Lynott con la cañera "Cold Sweat". Vuelta a los tiempos de la serpiente con la enérgica "Crying In The Rain", curiosamente un tema que él no compuso. La marchosa "Jelly Roll" se encarga de enlazar con la hermosa "Is This Love", un tema requemado ya por la radiofórmulas, y que el rubio guitarrista borda con su Les Paul. Continúa la tralla con "Look In His Eyes" y "I Don’t Wanna Live My Life Like You", esta última al más puro estilo Green Day; que dan paso a la melancólica "Please Don’t Leave Me", la cual grabase junto al mencionado Lynott, y que curiosamente cada vez se parece más a la versión que de dicho tema hacen Pretty Maids (¿?). Para los postres, se destapa con una atronadora "Still Of The Night" y la trepidante "Thunder & Lightning". Obviamente, entiendo que pagar casi 30 euros por este disco es una pasada, pero si andas algo sobrado de pasta y te quieres llevar a casa un señor discazo en directo, haz un esfuerzo porque éste de verdad merece mucho la pena.
El ser artista, músico o grupo de culto en Japón es una peligrosa arma de doble filo. Por un lado, cuentas con una base de incondicionales fieles que apoyarán cualquiera de tus trabajos, aunque éstos sean bodrios infumables, lo que te permitirá seguir vendiendo un cierto número de discos al año y hacer unas cuantas galas con las que ir sacando para tus vicios. Pero por otro lado, la repercusión de tu música se restringe hasta tal punto que dependes exclusivamente de los nipones para subsistir. Este podría ser el caso del guitarrista John Sykes, aunque él cuenta con la fortuna de poder seguir exprimiendo mundialmente el legado de Thin Lizzy (algo parecido a lo que está haciendo Brian May con Queen). A lo que iba. En abril del año, Sykes se embarcó en un reducido tour por tierras japonesas con una formación de auténtico lujo: Tommy Aldridge a la batería, Marco Mendoza al bajo y el teatrero Derek Sherinian a las teclas. Con un público rendido a sus pies y un repertorio de infarto, el susodicho ha aprovechado para lanzar únicamente para el mercado del sol naciente este CD que recoge 11 cortes extraídos de las actuaciones correspondientes a Tokio, Nagoya y Osaka. La producción resulta excelente y la banda suena muy compacta, pero por desgracia el disco repite hasta 5 temas de "Screaming Blue Murder" (su anterior trabajo en directo, aunque aquella vez firmado como Blue Murder), y la duración del mismo no supera los 56 mins. Aún no me queda claro porqué Sykes se resiste tanto a editar un doble en directo en condiciones, sabiendo como sabe que vendería muy bien y que podría ser un broche de oro perfecto a su carrera en solitario, para luego poder dedicarse a seguir aprovechándose del sagrado nombre de Thin Lizzy. Pero vamos con las canciones incluidas, que en estos casos resulta lo verdaderamente importante. Tras un potente arranque con "Bad Boys" y "We All Fall Down", Sykes tiene un breve recuerdo para su mentor Phil Lynott con la cañera "Cold Sweat". Vuelta a los tiempos de la serpiente con la enérgica "Crying In The Rain", curiosamente un tema que él no compuso. La marchosa "Jelly Roll" se encarga de enlazar con la hermosa "Is This Love", un tema requemado ya por la radiofórmulas, y que el rubio guitarrista borda con su Les Paul. Continúa la tralla con "Look In His Eyes" y "I Don’t Wanna Live My Life Like You", esta última al más puro estilo Green Day; que dan paso a la melancólica "Please Don’t Leave Me", la cual grabase junto al mencionado Lynott, y que curiosamente cada vez se parece más a la versión que de dicho tema hacen Pretty Maids (¿?). Para los postres, se destapa con una atronadora "Still Of The Night" y la trepidante "Thunder & Lightning". Obviamente, entiendo que pagar casi 30 euros por este disco es una pasada, pero si andas algo sobrado de pasta y te quieres llevar a casa un señor discazo en directo, haz un esfuerzo porque éste de verdad merece mucho la pena.
Rafa Carrillo
FREEDOM CALL "The Circle Of Life"
(SPV / Mastertrax)
Hay un tópico repetido hasta la saciedad, que dice que después de un disco en directo se abre una nueva etapa para el grupo. Al menos, en el caso de Freedom Call podemos decir que es cierto, y además en varios aspectos, pero vayamos por partes. Para empezar, los germanos han aumentado su plantilla, con la inclusión (¡por fin!) de un teclista en la formación oficial. Se trata de Nils Neumann. Ya se hacía necesario, los teclados eran fundamentales en su sonido, y no se podía seguir tirando eternamente de invitados. Y el piano ahora hace más falta que nunca, porque, para sorpresa de los que les hemos seguido desde siempre, han modificado su estilo hacia senderos más melódicos. En cuanto empiezas a escuchar el CD con el primer corte, "Mother Earth" te queda una sensación de desconcierto que se va incrementando según van llegando los temas siguientes. Eso no quiere decir que el cambio sea para mal. Canciones como "Carry On" o "Starlight", aunque mucho más lentas de lo acostumbrado, no dejan de ser buenas composiciones con unos excelentes estribillos. No son mejores, ni peores, son diferentes. Tras un par de escuchas, ya sabes asimilar y apreciar estas novedades. Desde luego, nadie podrá acusarles de encasillarse, ni de ser una mera copia de Gamma Ray. Sin embargo, bien para contentar a los fans más tradicionales, bien para que la evolución no sea tan brusca, en la segunda mitad del trabajo volvemos a encontrar temas powermetaleros de toda la vida, como "High Enough" o "Starchild", que podrían haber aparecido en cualquiera de sus discos precedentes. En este segundo grupo encuadraría el himno "Eternal Flame", en mi opinión lo mejor de todo el redondo. ¿Seguirán derivando hacia el rock melódico o sólo ha sido un capricho aislado? En futuras entregas tendremos la respuesta. ¡Pinkiller, deja de jugar con la pistola láser, que podrías hacer daño a alguien!
Hay un tópico repetido hasta la saciedad, que dice que después de un disco en directo se abre una nueva etapa para el grupo. Al menos, en el caso de Freedom Call podemos decir que es cierto, y además en varios aspectos, pero vayamos por partes. Para empezar, los germanos han aumentado su plantilla, con la inclusión (¡por fin!) de un teclista en la formación oficial. Se trata de Nils Neumann. Ya se hacía necesario, los teclados eran fundamentales en su sonido, y no se podía seguir tirando eternamente de invitados. Y el piano ahora hace más falta que nunca, porque, para sorpresa de los que les hemos seguido desde siempre, han modificado su estilo hacia senderos más melódicos. En cuanto empiezas a escuchar el CD con el primer corte, "Mother Earth" te queda una sensación de desconcierto que se va incrementando según van llegando los temas siguientes. Eso no quiere decir que el cambio sea para mal. Canciones como "Carry On" o "Starlight", aunque mucho más lentas de lo acostumbrado, no dejan de ser buenas composiciones con unos excelentes estribillos. No son mejores, ni peores, son diferentes. Tras un par de escuchas, ya sabes asimilar y apreciar estas novedades. Desde luego, nadie podrá acusarles de encasillarse, ni de ser una mera copia de Gamma Ray. Sin embargo, bien para contentar a los fans más tradicionales, bien para que la evolución no sea tan brusca, en la segunda mitad del trabajo volvemos a encontrar temas powermetaleros de toda la vida, como "High Enough" o "Starchild", que podrían haber aparecido en cualquiera de sus discos precedentes. En este segundo grupo encuadraría el himno "Eternal Flame", en mi opinión lo mejor de todo el redondo. ¿Seguirán derivando hacia el rock melódico o sólo ha sido un capricho aislado? En futuras entregas tendremos la respuesta. ¡Pinkiller, deja de jugar con la pistola láser, que podrías hacer daño a alguien!
Nacho Jordán