05 septiembre 2005

RUSSELL ALLEN’S "Atomic Soul"

(Insideout / Mastertrax)

Aquí tenemos una nueva muestra de lo diferentes que pueden resultar los gustos de un músico con respecto a la música que pueda interpretar en el seno de su banda. En este caso, se trata de Russell Allen, el más que conocido cantante de los “heavy-progresivos” Symphony X. Una interesante colección de tracks destinados al exclusivo lucimiento del mencionado frontman, que no pierde la oportunidad de mostrarnos su amplia gama de registros vocales. El disco en sí resulta un tanto tedioso, y no por falta de calidad, sino de variedad musical. Canciones construidas para el absoluto protagonismo de la voz, impiden que ninguno de los otros instrumentos tenga la oportunidad de relajar nuestras neuronas sobrecargadas por el excelente pero agobiante trabajo de Mr. Allen. Y esto lo digo sin olvidar que son Pinella y Romeo (teclista y guitarra de Symphony X) dos importantes ayudas a lo largo del disco. Sin embargo, es el propio Allen quien se encarga de la mayoría de los instrumentos, a excepción de la batería, que corre a cargo de Robert Nelson. Si “Blackout”, tema con el que se abre el trabajo, pasa sin pena ni gloria por nuestros oídos, la segunda, “Unjustified”, llama la atención por su cadencia, en la onda de los medios tiempos de Dio o Rainbow. En estos primeros cortes usa una voz tan rasgada que, sobretodo en “Unjustified”, casi duele escucharla. En “Voodoo Hand” se relaja para sumergirnos en sonidos vocales en la línea del maestro Glen Hugues. “Angel”, que continúa con los sonidos setenteros, aunque con un sonido de guitarra demasiado sucio, es un medio tiempo que nos acerca a los primeros Purple, con la sublime voz de Allen mostrando su capacidad para recorrer arriba y abajo el pentagrama de la composición. “The Distance” sigue aminorando progresivamente el ritmo del disco con una semi-lenta de alta calidad técnica, pero que emotivamente no me dice nada. Vuelve el desgarro vocal y la agresividad con “Seasons of Insanity”, de interesante riff guitarrero. Otro medio tiempo, “Gaia”, esta vez con sabor oriental, nos devuelve a la monotonía de sonidos ya escuchados. Nos encontramos con ritmos funkies en “Loosin’ You” (sigue en la línea Glenn Hugues), y blueseros en “Saucey Jack”. Hasta aquí el disco rebosa calidad instrumental, pero resulta agotador escuchar sin cesar la voz del Sr. Allen, por encima de una música que tampoco tiene muchas ocasiones de aliviar la tensión. Pero, para el final... ¡Lo Mejor! Vaya dos temazos para cerrar el disco. “We Will Fly” es, con diferencia, la mejor composición del disco. Un corte de auténtico rock sinfónico en el que la voz de Russell si se adapta a la música, convirtiéndose en parte de una fenomenal danza de notas que te va llevando a través de geniales teclados, guitarras no dañinas (muy sucias durante el resto de los temas) y un estribillo agradablemente comercial. Para el final, el trallazo definitivo. “Atomic Soul”, que da título al CD, es cañera... y heavy. En este tema epílogo, arranca Mr. Allen las notas más altas de su garganta. Un teclado a cargo de Jens Johansson (Stratovarius) que recuerda al “Rainmaker” de los Maiden, da comienzo a un tema que sirve para recordarnos durante el resto de la canción los grandes tiempos del hard rock de los setenta. En definitiva, un trabajo recomendable, sobre todo, para fans del vocalista, que encontraran un extraordinario clinic “gargantil” del gran maestro, vocalista de Symphony X.
Carlos Treviño Cobo