23 septiembre 2005

SATRAVAGANZZA "Sentimientos"

(Avispa)

Recogiendo el testigo de “Primer Acto”, su obra discográfica previa, y una entrega absolutamente intimista, arriesgada, y ante todo innovadora dentro de la escena del país. Stravaganzza sigue dando pasos firmes consiguiendo moldear en la actualidad de manera espiritual y letrística, un puñado de diferentes emociones humanas buscando frases tan sutiles e interiores como “... tiempo que arrastrando te llevas mis sueños, por qué me has robado el pasado, la inocencia enmudece, y me dejas, desnudo ante mi soledad”. La propuesta de luminosidad, oscuridad, densidad e intensidad que ofrece la formación en su nuevo trabajo, puede captar o no tanto el interés del receptor, aunque difícilmente le puede dejar impasible. Los latigazos en forma de espirales sónicas en algunos pasajes se entremezclan con elegantes y bellas melodías en otros, que perfectamente encuadrados y canalizados por las expertas manos de Big Simon en cuanto a producción, logra de forma acertada sacar partido máximo a los creadores, y ejecutantes del proyecto. El poder de inicio que desprende “Miedo” es perfectamente reseñable, brumas y tinieblas lo rodean. ”Esperanza” es uno de los temas clave del álbum, que hace especial hincapié en la acción destructiva del hombre, y de la hipocresía del género humano. “Impotencia” está impregnada de ciertos ritmos arábigos, y posee una estupenda letra escrita por Leo Jiménez, que lo borda. Su compañero también en Saratoga, Dani Pérez se encarga de la construcción del corte “Arrepentimiento”, tema más directo, con mucha pegada y muy mala leche. “Pasión” a cargo de Pepe Herrero, es bello y extenso en su desarrollo, de tesitura más relajada y poseedor de una preciosa letra: “inspiración, la belleza ha embriagado mi alma, adoración, abrumado por mil sentimientos, fascinación, conmovido ante un atardecer, admiración, amarás el silbido del viento...”. “Odio” contiene potencia salpicada de melodía, con inserción de acertado violín. Gris y pesimista se torna “Frustración”, mientras que en “Desilusión” encontramos un poso de dolor retorcido y de cierto desamor: “quien consiguió arrancar pasión, hoy me aniquila el corazón, se embauca de un simple bufón, me aplasta un sol de decepción, y me devuelve a perecer”, mostrando a un Leo francamente inspirado. “Soledad” es enérgico e intenso, “Duda” rezuma potencia, mientras que los diez minutos de duración de “Dolor”, que recoge en su tramo final “Nostalgia”, muestra un impecable desarrollo con inserción coral. En definitiva, “Sentimientos” se antoja como un trabajo escasamente comercial, y que escuchado de manera detenida, permite extraer múltiples detalles y novedosas sensaciones.
José Mora